Actualmente, el estado general atmosférico de la Comunidad Autónoma de La Rioja presenta unos niveles de calidad del aire buenos, aunque en periodos secos existe cierto riesgo de sobrepasar los valores límite diarios de partículas permitidos en la normativa europea, sobre todo en las zonas rurales, expuestas a una mayor suspensión de partículas en el aire. Igualmente en días calurosos y soleados del verano, es más propicia la formación de ozono troposférico debido a la contaminación provocada por el tráfico y la industria y pueden llegar a superarse los valores objetivo para ozono en La Rioja.
El Plan de Mejora de la Calidad del Aire establece una zonificación del territorio de La Rioja con el fin de evaluar la calidad del aire y fijar objetivos de calidad para cada una de las zonas definidas.
Los principales objetivos de esta herramienta de planificación son mantener los niveles de calidad del aire por debajo de los valores límite en la medida en que lo permitan factores como la naturaleza transfronteriza e interregional o las condiciones meteorológicas, y mejorar el control de las fuentes de emisión y la vigilancia de la calidad del aire que permita predecir y anticiparse a cualquier situación de alerta o riesgo, entre otros.
Sesenta y seis medidas
El Plan de Mejora de la Calidad del Aire concentra sus esfuerzos en mejorar la calidad del aire mediante la disminución de las emisiones de gases contaminantes para asegurar el cumplimiento de los niveles de calidad del aire exigidos por la legislación y garantizar la protección de la salud de las personas y del medio ambiente minimizando los riesgos provocados por la contaminación atmosférica.
El documento aboga por implantar medidas que mejoren la calidad del aire, por el control y seguimiento ambiental de las empresas y por continuar el desarrollo normativo ambiental sobre calidad del aire. En concreto, propone 66 líneas en el horizonte 2010-2015 entre medidas horizontales de aplicación en más de un sector o de carácter indirecto y medidas sectoriales de reducción de las emisiones en sectores concretos.
El transporte y la agricultura
Las medidas sectoriales atañen a los sectores de transporte, residencial, industria, energía, agricultura y ganadería, y tratamiento de residuos.
En el transporte se apuesta por la mejora de los vehículos y combustibles y el fomento de la movilidad sostenible con propuestas que van desde la promoción del repostaje en horas de baja insolación a cursos de conducción eficiente y al empleo de masas asfálticas respetuosas con el medio ambiente en obra nueva de carreteras.
Las principales líneas en el sector residencial consisten en fomentar la construcción sostenible, la planificación territorial sostenible y el ahorro y eficiencia energética. Las medidas apuestan por la promoción de la arquitectura bioclimática en las nuevas edificaciones, manual de buenas prácticas para el sector de la construcción, impulso de las ciudades sostenibles y nuevo plan Renove de electrodomésticos.
En la industria, las medidas se centran en el control ambiental, el ahorro y eficiencia energética, el fomento de las buenas prácticas y mejoras tecnológicas, así como en el desarrollo normativo y recomendaciones. En este campo las propuestas oscilan entre la elaboración de un inventario de instalaciones de actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera a chequeos ambientales y la renovación de las calderas de calefacción y producción de agua caliente sanitaria en el sector.
Para el sector de generación de energía, el Plan de Mejora de la Calidad del Aire apunta la necesidad de un desarrollo normativo, el fomento de las energías renovables, el control y seguimiento de las emisiones y el fomento de la eficiencia energética mediante, entre otras medidas, la adopción de un plan regional de energía y eficiencia energética o promover la mejora energética y medioambiental del alumbrado público.
Las actuaciones en agricultura y ganadería se refieren al fomento de buenas prácticas y mejoras tecnológicas y al control y vigilancia forestal y están ligadas a la reducción del uso de fertilizantes nitrogenados, la renovación de tractores o la promoción de la agricultura ecológica, mientras que en gestión de residuos inciden en la mejora de la valorización energética de los residuos con la reducción de las emisiones de metano procedentes de vertederos y el aprovechamiento energético de lodos de depuradora.