Mejorar la calidad del aire
La Agencia de Medio Ambiente y Agua se encargará de llevar a cabo todas las acciones encomendadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a través de la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental, para determinar las causas de los malos olores en Huelva con arreglo al compromiso contraído por el consejero, José Fiscal, de ahondar en esta problemática. Para ello, existe una partida prevista en los trabajos de calidad del aire por la que se incluye la ampliación del estudio ya iniciado. Estas actuaciones, que se llevarán a cabo los primeros meses del año, tienen como objeto identificar las posibles sustancias trazadoras de cada foco de emisión, así como seguir estudiando las retrotayectorias cuando se produzcan incidentes por olor, con el fin de identificar su origen.
Igualmente, la Delegación Territorial de la consejería en Huelva ha ampliado el número de empresas a las que se les solicitó el estudio olfatométrico, disponiendo de nuevos resultados que están siendo analizados, con objeto de exigir que las emisiones de olor de los focos se ajusten al máximo. No obstante, desde que la Administración autonómica mantiene en activo todos los dispositivos de los que dispone para determinar la causa de estas emisiones, los episodios de malos olores en la capital onubense y su entorno han disminuido considerablemente.
Cabe destacar que desde que se registraron las primeras incidencias, la Junta ha reforzado las medidas de control sobre las emisiones a la atmósfera procedentes de la actividad industrial, además de trabajar para poder identificar el origen de los malos olores que afectaban a la capital onubense y a su área metropolitana.
En este sentido, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha llevado a cabo dos estudios diferentes para tratar de esclarecer y atajar el problema de los malos olores en Huelva. El primero de ellos, realizado por expertos homologados a lo largo de tres meses, tenía como objeto determinar los olores en el aire ambiente mediante inspección en campo. Mientras que el segundo, realizado por diversas empresas consideradas como potenciales emisoras de olor a petición de la Consejería, ha permitido reforzar algunas hipótesis y descartar otras. No obstante, todo parece indicar que ninguna de las fuentes potenciales es capaz de causar estos episodios de olores de forma individual y en condiciones normales de funcionamiento.