Asociaciones de afectados por el tráfico aéreo de los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Bilbao, Alicante y Zaragoza han creado la Asociación Nacional de Afectados por el Impacto del Tráfico Aéreo para coordinar esfuerzos como plataforma de ámbito estatal y defender sus intereses contra «la apisonadora de Aena y los poderes públicos» y promover un desarrollo sostenible del tráfico aéreo.
Durante una rueda del prensa celebrada ayer en Madrid, el presidente del colectivo, que hasta el momento, representa alrededor de 150.000 afectados, Luis Ramírez, afirmó que el objetivo del movimiento «no es eliminar la aviación» sino denunciar que el Ministerio de Fomento «viene delegando en Aena sus funciones como órgano regulador», por lo que el organismo, a su juicio, «actúa como juez y parte» de la problemática del ruido y el impacto ambiental en las poblaciones cercanas a los espacios aéreos.
Asimismo, Ramírez criticó la actuación de los municipios, que «priorizan el crecimiento urbanístico antes que la calidad de vida, como evidencia la construcción de viviendas en pasillos aéreos y a pie de pistas». En este sentido, la asociación también ve «insuficiente» la normativa que se aplica a la construcción de aeropuertos y aerovías, que, a su parecer, «permite la emisión de ruidos perjudiciales a la salud y no toma en consideración a ciudadanos y medio ambiente».
El vicepresidente de la asociación y presidente a su vez de la organización catalana Prou Soroll y Contaminación Química de los Aviones, Josep Velasco, apostilló que la incidencia de casos de cáncer en las zonas cercanas a aeropuertos «es mucho mayor» y que el colectivo de afectados se encuentra «solo» ante la falta de respuesta a sus demandas por parte de la Administración .
En esta línea, la portavoz del colectivo bilbaíno Lur Maitea, Consuelo Elosua, denunció que el aeropuerto de Bilbao es el único de España sin Declaración de Impacto Ambiental, además de «el único en el mundo en tener, entre cabeceras de pistas, un vertedero ilegal y clandestino». A este respecto, opinó que el PNV, la Diputación Foral y el Gobierno Vasco «colaboran estrechamente con Aena para obviar todo lo prescrito en la ley».
SIN CONTROL DE RUIDO EN LA AVIACIÓN MILITAR
Por su parte, la portavoz de la Asociación de Vecinos Los Sauces de Zaragoza, Rosa Burgos, subrayó que su entorno tiene que hacer frente, además de los ruidos de los aviones comerciales, a los de los aparatos militares. En su opinión, el nivel de decibelios emitidos por los motores del Ejército «es muchísimo peor» que el de de las máquinas civiles. «Los aviones militares no están sujetos a ninguna restricción de ruido. Vuelan a escape libre», aseguró sobre unos transportes que, según sus datos, rondan los 105 decibelios cuando vuelan en formación y los 95, cuando lo hacen por separado, mientras que un avión de pasajero rozan el pico de los 85 decibelios.
Burgos explicó que, de momento, su colectivo ha conseguido del Corredor Aéreo y del Ayuntamiento de Zaragoza que los aviones militares realicen sus vuelos en invierno antes de las doce de la noche, aunque después recalcó que en época estival «mandan al sueño a hacer puñetas».
LA AMPLIACIÓN DE BARAJAS, «UN ERROR»
Por otro lado, el representante de la Asociación de Afectados de Tres Cantos (Madrid) por el Riesgo y el Ruido de los Aviones, Pedro López, calificó de «error» la ampliación del aeropuerto de Barajas y advirtió de las consecuencias que esto podría acarrear al espacio protegido de Monte Viñuelas, donde sobrevive una importante colonia de águila real, especie en peligro de extinción.
«Barajas es un aeropuerto urbano, de los más grandes que están cerca del centro de la ciudad, tendrían que eliminarse rutas y cerrar el aeropuerto de noche», sugirió, para después acusar a la Comunidad de Madrid de «dejación de funciones» y de «querer más dinero» por el aumento del tráfico aéreo de la capital.
En una entrevista concedida a Europa Press, el máximo representante nacional de los afectados por el tráfico aéreo, Luis Ramírez, afirmó que el tema de la huella acústica en Barajas ha sido «francamente escandaloso» y que «hay presiones sobre Aena para que determinadas rutas las alargue, para que acepten a determinados municipios donde afectan determinados giros como en el caso de Tres Cantos».