Además, esta herramienta informática permitirá a las empresas evaluar desde un punto de vista económico posibles mejoras en su proceso productivo atendiendo a dos criterios: el coste y la ganancia ambiental.
La huella de carbono calcula la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos directa o indirectamente en los procesos productivos. El dato obtenido permite evaluar la cantidad de dióxido de carbono emitido. De esta manera se pueden definir nuevos objetivos y políticas de reducción efectivas para reducir los gases de efecto invernadero.
El programa, que está en fase de desarrollo final, se pondrá a disposición de las empresas del sector para ayudarlas en su toma de decisiones en la mejora del proceso productivo. Durante la jornada de presentación, las empresas asistentes tuvieron la oportunidad de comprobar in situ el funcionamiento de la herramienta y pudieron valorar su utilidad.
El “software” es fruto del desarrollo del proyecto OiLCA sobre mejora de la competitividad y reducción de la huella de carbono mediante la optimización de la gestión de residuos y de implantación de una ecoetiqueta. En este proyecto participan, además de la Fundació CTM Centre Tecnològic como representante catalán, cuatro socios providentes de 3 regiones del Sud Oeste de Europa: CITOLIVA e IAT en Andalucía, LCAI de la región de Midi-Pyrénées en Francia, y CVR de la región Trás-Os-Montes e Alto Douro en Portugal. El proyecto ha sido financiado en el marco del Programa Interreg IVb SOUDE como respuesta a la incipiente demanda por parte de los consumidores para productos ambientalmente más respetuosos y ante la preocupación del sector para encontrar procesos más eficientes y sostenibles para poder mejorar su proceso productivo.
Sobre la huella de carbono
La huella de carbono permite identificar las fuentes de emisión de los gases de efecto invernadero y ofrece unos resultados que permiten marcar unos objetivos en los procesos de producción de aceite de oliva. El cálculo de la huella puede convertirse en una oportunidad de mejora para las empresas en sus procesos productivos, ya que este análisis pormenorizado puede poner el acento en aspectos mejorables como el uso de materias primas y energía o la eficiencia en el transporte y distribución de los productos. El “software” puede convertirse en una solución tecnológica que identifica, minimiza y controla los costes y el impacto ambiental de las empresas oleícolas.
La huella de carbono es un concepto que se está imponiendo los últimos años, como requisito para aquellas empresas que quieren destacar de la competencia, mejorando sus operaciones y a la vez su imagen de cara a los diferentes stakeholders.
Se espera que a corto-medio plazo la Unión Europea acabe de reconocer la huella de carbono ya no como un instrumento voluntario, sino como un requisito legislativo a cumplir para las empresas. Se considera que las empresas agroalimentarias serán uno de los sectores donde tendrá más relevancia la adopción de estas políticas, debido al contacto directo de los consumidores.