Salvar vidas y mejorar la calidad del aire
Estos nuevos límites aceleran la necesaria transición energética y obligan a las centrales a invertir en las denominadas mejores técnicas disponibles para reducir emisiones, señala el IIDMA, Insitituo Internacional de Derecho y Medio Ambiente, en un comunicado.
“El efecto será muy positivo para la calidad del aire en toda Europa, algo que también puede aliviar en parte la contaminación en algunas ciudades, especialmente las más cercanas a estas grandes instalaciones de combustión, aunque la principal fuente de contaminación en las grandes urbes sigue siendo el transporte“, explica. Las nuevas normas aprobadas incluyen límites más estrictos para las emisiones de óxidos de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y partículas en suspensión (PM2,5 Y PM10), todas ellas altamente nocivas para la salud y el medio ambiente.
El Instituto cita el informe “Lifting Europe’s Dark Cloud: How cutting coal saves lives” según al cual, con datos de 2013, la aplicación de estas nuevas normas (conocidas como BREF) supondría en España una disminución del número de muertes prematuras en un 76% (pasarían de 1.530 a 360). También disminuyen de manera muy significativa los síntomas de asma en niños, un 75% menos, y los casos de bronquitis, un 95%.
Límites de contaminación
Según el último informe del IIDMA “Un oscuro panorama”, en 2014 la contaminación de las 15 centrales térmicas de carbón españolas provocó 459 hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, 709 muertes prematuras, más de 10.500 nuevos episodios de asma en niños y pérdidas económicas de entre 800 y casi 1.700 millones de euros anuales.
Los últimos datos publicados a finales de julio por la Agencia Europea de Medio Ambiente “mostraban cómo las plantas eléctricas de carbón siguen siendo las instalaciones industriales más contaminantes de Europa, con Gran Bretaña a la cabeza. En cuanto a España, la central de carbón de Andorra (Teruel) es la cuarta instalación que más SO2 emite en Europa“, dice el comunicado.
“Ante estas evidencias tanto de impactos actuales en la salud como de reducción de los mismos con la aplicación de las nuevas normas, las administraciones autonómicas deben comenzar los procedimientos de revisión de las autorizaciones ambientales integradas y no esperar hasta el final del plazo para así reducir dichos impactos” apunta Ana Barreira, directora del IIDMA.
“Se trata de nuestra salud. Además, en la actualidad las autorizaciones no cumplen aún con los valores de la Directiva de Emisiones Industriales, como ha reconocido el Tribunal Superior de Justicia de Asturias” añade.
El Instituto recuerda que al hecho de evitar miles de muertes prematuras por contaminación del carbón al aplicar las mejores técnicas disponibles, hay que añadir otros impactos significativos como los climáticos. “Por ello, es necesario que el Gobierno español apruebe de manera urgente un plan de cierre progresivo de las centrales de carbón en España a más tardar en 2025“, asegura.