El pasado domingo se cumplió el 25 aniversario de la firma del Protocolo de Kioto. Fue el primer acuerdo internacional para reducir los gases de efecto invernadero más potentes y frenar el impacto del cambio climático.
¿Qué es el Protocolo de Kioto?
El Protocolo de Kioto, aprobado el 11 de diciembre de 1997, es un acuerdo internacional de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que surge como resultado del esfuerzo global de los países para buscar soluciones que nos permitan luchar contra el cambio climático.
Su objetivo principal es reducir las emisiones de los principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), hidrofluorocarbonos (HFC), óxido nitroso (N2O), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6)) que generan los países que firmaron el protocolo.
En primera instancia, según afirma la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, los objetivos del Protocolo de Kioto eran realmente ambiciosos:
¿Qué países firmaron el Protocolo de Kioto?
Objetivo: reducción de emisiones
El Protocolo de Kioto establece tres mecanismos de implementación para lograr el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los tres mecanismos de flexibilidad contemplados son:
- Comercio Internacional de Emisiones: Los países industrializados y con economías en auge pueden negociar créditos para lograr los objetivos de reducción de emisiones. Es decir, si un determinado país tiene derechos de emisiones, ya que emite menos de los límites acordados, se los puede vender a otros países que necesiten emitir para mejorar su economía.
- Mecanismo de Desarrollo Limpio: Los países industrializados pueden financiar proyectos para mitigar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) dentro de países que se encuentren en desarrollo, recibiendo a cambio Certificados de Reducción de Emisiones.
- Mecanismo de Aplicación Conjunta: Los países industrializados deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de manera eficiente, ya sea mediante proyectos destinados a reducir directamente las emisiones a la atmósfera o proyectos que sean capaces de secuestrar las emisiones de carbono.
¿Qué está pasando actualmente?
En el año 2022, momento en el que nos encontramos actualmente, existe la necesidad urgente de aplicar mayores reducciones de dióxido de carbono (CO2). La tendencia mundial es de crecimiento de las emisiones mundiales, que se deben en parte a la India y China, países industrializados que aún se consideran en vías de desarrollo y ponen como excusa la “seguridad energética” con el objetivo de no abandonar el uso masivo del carbón.
Han pasado ya veinticinco años de la firma del Protocolo de Kioto, que se presenta actualmente como “papel mojado”, eclipsado por el Acuerdo de París, el mayor logro medioambiental que ha logrado la comunidad internacional. El Acuerdo de París de 2015 tiene el objetivo de limitar a 1,5 ºC la temperatura global del planeta, además de incluir los compromisos de todos los países para que reduzcan sus emisiones y colaboren juntos para frenar los impactos del cambio climático.
Según el último informe sobre la Brecha de Emisiones de la ONU, el futuro no es muy halagüeño:
Las ambiciones climáticas deben trazar un camino creíble para limitar la subida de las temperaturas a 1,5 ºC. Este objetivo marcará el punto de inflexión de la lucha del planeta contra el cambio climático.