El transporte es de los ciudadanos, que lo emplean para ir a todas partes y para acercarse a prácticamente cualquier lugar, son una complicación ante la que tienen que trabajar y para la que tienen que conseguir crear diferentes solucione.
Los coches crean problemas de tráfico, lo que hace que la movilidad diaria sea complicada y que requiera mucho más tiempo del que se esperaba, pero también, y posiblemente sobre todo, crean problemas en términos de polución.
Los coches son los grandes emisores contaminantes de las urbes, los que hacen que las ciudades estén muchas veces bajo una capa de contaminación que hace perder calidad en el aire que se respira.
Por ello, las autoridades de muchas ciudades a lo largo de todo el mundo llevan años intentando incentivar los vehículos alternativos, desde coches eléctricos a bicicletas, y el uso del transporte público.
Una buena red de transporte público es crucial, ya que no solo ofrece un servicio de calidad a los usuarios sino que además es mucho más respetuosa con el entorno.
Incluso aunque su flota de vehículos no sea verde, como podrían serlo los autobuses que utilizan combustibles alternativos, el transporte público es mucho menos contaminante que el que cada ciudadano se traslade en su coche, ya que se reducen las emisiones totales.
Transporte público
Pero mover a los ciudadanos desde su coche y la comodidad que este aporta al transporte público no es exactamente sencillo. Algunos ayuntamientos han tomado medidas para limitar el uso de los coches privados (como por ejemplo prohibir la circulación en días de picos de contaminación), pero también para incentivar la migración a transportes públicos (como tarifas más bajas o una mejora de servicios).
Algunas ciudades, regiones y hasta países han llegado hasta a pensar en eliminar el coste para el usuario del transporte público para así motivar a sus ciudadanos a que lo empleen.
Eso es lo que está planeando hacer ahora mismo Alemania. El país, que ya cuenta con muchas iniciativas para incentivar otros comportamientos verdes, quiere usar el transporte público gratis como alternativa potencial al uso de vehículos privados.
Por ahora, la iniciativa es solo un piloto, que se probará en algunas ciudades de menor tamaño, como Bonn, Essen, Reutlingen o Mannheim. No existen muchos más detalles sobre cómo se hará, porque las autoridades están todavía en fase de planificación.
Ciudades pequeñas
Aunque por ahora los planes abarcan solo a ciudades de pequeño tamaño (quizás porque probar directamente en las grandes podría suponer un caos), si la idea funciona podría ser llevada a ciudades mucho más contaminadas y mucho mayores y reducir los problemas de contaminación atmosférica.
De hecho, una de las ciudades en las que se prevé probar el piloto es Herrenberg, situada al sur de Stuttgart, que es una de las áreas con mayor contaminación atmosférica del país.
Con la medida, de hecho, Alemania quiere reducir emisiones y mejorar la calidad del aire, algo en lo que ahora mismo no tienen muy buenos datos. La calidad del aire está registrando datos tan malos, que la Unión Europa está presionando al país para que actúe sobre el problema.
La idea no es exactamente nueva, aunque posiblemente sí lo sea en términos de escala y de aplicación en el tiempo. Algunas localidades en otros lugares ya han probado con formatos de días de uso libre del transporte público con fines de concienciación.
Por ejemplo, en el Día Europeo de la Movilidad, no son pocas las ciudades que abren sus servicios de transporte público a los ciudadanos sin coste con voluntad dinamizadora. Otras ciudades, como es el caso de París, han llegado a eliminar el precio del metro y otros transportes públicos en momentos concretos de picos de contaminación, para evitar que los coches circulasen.
Fuente: Twenergy,