Aves
¿Impresionado con la rapidez de Usain Bolt? Si usted fuera un halcón peregrino, ni se inmutaría. El atleta más esperado en los Juegos Olímpicos de Río 2016 logra batir records mundiales con velocidades de 40 kilómetros a la hora (km/h), mientras que la rapaz más rápida del mundo se planta en los 300 km/h con facilidad si en juego está la presa del día. Y algunas no se lo ponen fácil: los vencejos, que todavía pueblan los cielos veraniegos de muchos municipios, pueden alcanzar velociadades punta de 170 km/h.
Las aves también serían excelentes competidoras en pruebas de resistencia, como los 42 kilómetros que hay que cubrir en una maratón. La aguja colipinta quizá se llevaría la palma: es capaz de cubrir más de 100 kilómetros en unas dos horas. Teniendo en cuenta que el récord olímpico está en 2:02 horas, a nuestra ave le daría tiempo a realizar dos maratones y pico. No es de extrañar que logre cubrir la distancia entre Alaska y Nueva Zelanda, unos 11.500 kilómetros, en ocho días de vuelo ininterrumpido. Eso sí que es todo un record pajarero.
Pero no solo de atletismo vivirían las aves: el martín pescador y el alcatraz son diestros saltadores cuando se trata de pescar. Sus saltos picados, incluso sincronizadamente en grupo, son tan espectaculares que alcanzarían las mejores puntuaciones de los jueces en las piscinas de Río.
La náutica también es un fuerte de la avifauna. Que se lo digan a la pardela sombría, que puede llegar a recorrer 74.000 kilómetros usando sus alas como vela y aprovechando corrientes de aire, por muy ligeras que sean. En la modalidad de aguas bravas, un buen competidor sería el mirlo acuático, todo un experto en torrentes.
Y menos mal que la apnea no es modalidad olímpica: el récord "humano" está en los 128 metros de profundidad. El "pajarero", que ostenta el pingüino emperador, se sitúa en los 540 metros. Son capaces de aguantar la respiración hasta 18 minutos.