La playa irlandesa que desapareció hace 33 años y ha resucitado misteriosamente
Imagínate una playa como aquellas que prefieres en verano: con una alfombra de abundante arena en donde jugar, descansar y hasta dormir en el cómodo suelo. Así era una parte de la costa de la Isla Achill, al noroeste de Irlanda, hasta que en 1984, una violenta tormenta se llevó, sin mayores explicaciones, toda la arena de la playa. Aquella vez, los desconcertados locales se tuvieron que conformar con rocas peladas -un ambiente poco agradable para pasarla bien cerca al mar. La naturaleza nos sorprendió otra vez: una rarísima marea ha traído de vuelta a toneladas de arena, devolviendo la playa que se había ido años atrás.
Especula Sean Molloy, director de una agencia de turismo local. Un tramo de hasta 300 metros ha "regresado a la playa con la marea, aparentemente quedando puesta ahí, al menos por ahora".
Así estuvo la playa desde 1984. Achill Tourism
No es la primera vez que esta playa se ha esfumado de Dooagh, la villa más cercana, para volver a su estado inicial décadas después. Un evento similar sucedió en 1980, solo para regresar en los treinta del siglo pasado. Entonces, se construyó un muelle en el sitio.
De acuerdo al oceanógrafo Ivan Haigh, de la Universidad de Southampton, Reino Unido, la arena de Dooagh atribuyó el fenómeno a que "la arena de la costa está en constante estado de flujo, movida por tormentas, olas y viento". El especialista cree que el suministro de sedimentos en estas zonas costeras también podría jugar un papel.
El año pasado, ya se anunciaba el regreso, con pequeños depósitos de arena que llegaron a crear una delgada banda de 15 metros en la marea baja. Pero en abril, cientos de miles de toneladas fueron depositadas de vuelta, como para volver al glorioso pasado de la playa. El área ahora tiene playas espectaculares, incluyendo a algunas en la lista de nominadas al reconocimiento Bandera Azul, que se otorga a las playas más limpias y mejor conservadas a nivel mundial.
El hecho nos trae a la memoria otro evento de la naturaleza que no precisamente embelleció las costas de otra parte del mundo: luego del terremoto del año pasado en Nueva Zelanda, todo tipo de vida marina, especialmente la vegetal, quedó enredada en hasta dos metros por encima del nivel de las aguas. Así también, hace poco se supo no de una playa sino de un río que desapareció completamente en solo cuatro días en Canadá, a causa del calentamiento global, algo realmente preocupante. Pero la noticia acabó siendo buena para los locales de la isla: el "arenazo" llegó para los meses del verano boreal.