Medir el Everest es más complicado de lo que se pensaba
Si Nepal le concede autorización, sería la segunda vez en más de 60 años vez que India le toma la medida a esta montaña que con sus hasta ahora reconocidos 8.848 metros se erige como la más alta del mundo. El sismo de magnitud 7,8 generó una gran confusión sobre la altitud del Everest. Imágenes satelitales mostraron que su impacto redujo la altura de su cima, pero otros análisis llegaron a la conclusión de que podría haber incrementado. El objetivo de los investigadores es precisamente zanjar este debate.
¿Pero cuán posible es determinar la altitud exacta de una montaña?
Hay varias técnicas para medirla. Según explicó el topógrafo indio Swarna Subba Rao, el equipo de científicos empleará dos métodos. Uno consiste en emplazar un transistor de GPS en la cima del Everest para medir la distancia al nivel del mar, y el otro es el método de la triangulación, por el cual se determina la distancia de la cima según el ángulo relativo a dos puntos en la base.
Sin embargo, más allá de las imprecisiones que puedan tener estas metodologías, hay que tomar en cuenta que "la montaña está en un movimiento constante", como le explicó a la BBC Roger Bilham, investigador de la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, "Debido a las fuerzas del terremoto, al peso del agua de los monzones que caen en India todos los años, la montaña siempre se está moviendo. Durante el monzón, por ejemplo, se movió un poco hacia el sur", dice Bilham.
"Y en la temporada seca, cuando nieva, la montaña se encoge un poco pero por otro lado también crece, por la altura que alcanza con la nieve", añade. "La altitud de la montaña cambia según las estaciones, los años, debido a las fuerzas que actúan sobre ella. Tiene cuatro dimensiones: latitud, longitud, altura y tiempo". Tampoco hay que olvidar que la cadena montañosa del Himalaya, de la que forma parte el Everest, es una cadena joven.
Tiene 50 millones de años
Y, mientras que las montañas más viejas se encogen, en las jóvenes, las placas tectónicas que están por debajo continúan empujándose, haciendo que la montaña se eleve.