¿Todos los rayos caen al suelo?
Cada segundo caen cuarenta rayos y hay unas 2.000 tormentas descargando su energía a la vez en el planeta, según los datos acumulados por la NASA. En total, los alrededor de 1.200 millones de rayos producidos al año en el mundo se concentran especialmente en los continentes, en la zona ecuatorial y en las grandes regiones montañosas.
Todos estos rayos no se generan ni caen de la misma manera. Los relámpagos son las descargas eléctricas producidas en una tormenta, y los meteorólogos distinguen entre varios tipos: el rayo de nube a tierra, en cuyo caso la descarga eléctrica alcanza la superficie terrestre; el rayo de tierra a nube, una descarga entre la superficie terrestre y la nube de tormenta; y, por último, el rayo de nube a nube, que se produce entre las zonas de la nube que no están en contacto con el suelo.
La mayoría de las descargas eléctricas que generan las tormentas son intranube -entre dos zonas del interior de la nube tormentosa-, internube -rayos entre dos nubes separadas- o entre una nube y una zona de cielo libre. Asimismo, un fenómeno poco frecuente y difícil de ver es el de los rayos globulares, también conocidos como centellas, rayos en bola o esferas luminosas; las descargas tienden a flotar o deslizarse en el aire y adoptan un aspecto esferoidal.
Precisamente los rayos menos frecuentes son los de tipo nube-tierra, pese a que a veces impacten decenas de miles en apenas unas horas. El aire más ionizado es el que se genera en el entorno de las nubes, aunque, bajo situaciones muy tormentosas, esa ionización se extiende por gran parte de la baja y media atmósfera, produciendo los extraordinariamente calientes rayos.