A partir del 11 de febrero, la Unión Europea pone en marcha un nuevo reglamento que marcará un antes y un después en la gestión de los envases y residuos. Esta normativa, que ha sido objeto de un largo proceso de elaboración y negociación, establece una serie de medidas ambiciosas para promover la economía circular y reducir el impacto ambiental de estos envases.
Uno de los objetivos principales de este reglamento es fomentar la reutilización y el reciclaje de envases. A partir de ahora, todos los envases comercializados en la UE deberán ser reciclables, con unos estándares de calidad cada vez más exigentes. Además, se establecen objetivos claros de reducción de residuos y de uso de materiales reciclados en la fabricación de nuevos embalajes.
Envases de un solo uso
Otra de las novedades de esta normativa es la prohibición gradual de ciertos recipientes de plástico de un solo uso, como los utilizados para frutas y verduras frescas de pequeño tamaño. Asimismo, se establecen restricciones al sobreenvasado y se promueve el diseño de envases más eficientes y sostenibles.
La industria alimentaria se verá especialmente afectada por esta nueva normativa, ya que deberá adaptar sus procesos de producción y embalaje para cumplir con los nuevos requisitos. Sin embargo, esta transición también representa una oportunidad para innovar y desarrollar nuevos materiales y soluciones más sostenibles.
En definitiva, la entrada en vigor de este reglamento supone un paso adelante hacia una economía más circular y respetuosa con el medio ambiente. Los consumidores también tendrán un papel fundamental en esta transición, optando por productos con envases reciclables y reduciendo su consumo de productos desechables.
