“La evidencia científica acumulada es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta”. La cita es del sexto informe del IPCC sobre cambio climático, y resume a la perfección la urgencia del momento histórico que vivimos. Resulta indispensable actuar ya, incrementando e intensificando las medidas existentes, además de añadir multitud de nuevas iniciativas tanto a nivel público como privado.
Dentro de este contexto, es imprescindible un cambio del modelo productivo, pasar del modelo extractivista y generador de gases de invernadero y otras sustancias contaminantes actual, a uno sostenible, respetuoso con la naturaleza y basado en la economía circular.
Porque cómo lo señala Emilio Servera, especialista en I+D+I medioambiental y docente del Máster Oficial en Economía Circular y Desarrollo Sostenible de la Universidad Internacional de Valencia, “La ciencia es clara al respecto: para tener alguna opción de evitar los peores impactos del cambio climático, nuestras emisiones netas deberán ser nulas no más tarde de 2050. Eso quiere decir que a mitad de siglo deberemos emitir únicamente la misma cantidad de gases de efecto invernadero que puedan ser retirados de la atmósfera por procesos naturales o tecnológicos”.
Esta transición de modelo de producción requiere una aceleración de gran impacto para alcanzar los objetivos marcados por organizaciones como IPCC o Naciones Unidas. Un esfuerzo que lleva aparejado una inversión enorme para crear, desarrollar y consolidar las condiciones materiales necesarias para efectuar este cambio indispensable.
En este sentido, el estudio New Energy Outlook 2020 de Bloomberg, señala que se prevé una inversión de $459 mil millones en Energías renovables en Latinoamérica de aquí a 2050.
En la misma línea, la octava edición del informe Renewable Energy and Jobs: Annual Review 2021, elaborado por IRENA en colaboración con la OIT, indica que el sector empleará a 43 millones de personas a nivel mundial para la misma fecha. Una cifra que la misma OIT complementa con una estimación de creación de 24 millones de puestos de ‘empleo verde’ en diversos sectores de cara a 2030.
La encrucijada en que nos encontramos significa pues, tanto un enorme desafío como una formidable oportunidad de dar un impulso a la carrera profesional o cambiar la trayectoria de ésta. Una oportunidad de contribuir activamente a construir un mundo mejor, creciendo y progresando profesional y personalmente en el proceso.
Pero para poder jugar un papel importante en esta transformación fundamental, es indispensable la formación. Especializarse en las técnicas, competencias y conocimientos más innovadores y alineados con la realidad laboral y los avances científicos del sector, es una excelente forma de asegurarse un puesto en la revolución sostenible en que ya nos encontramos inmersos.
Por ello, la Universidad Internacional de Valencia – VIU ofrece una serie de programas que responden a lo que la realidad social y profesional necesita y que, además, gracias a la exclusiva metodología online de VIU, permiten estudiar desde cualquier punto del globo, adaptando los horarios a las necesidades de cada estudiante. De esta forma pueden combinar estudios universitarios de primer nivel en una Universidad europea, con el trabajo, la vida familiar y las obligaciones de las circunstancias particulares de cada caso.
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Fuente: Redacción Ambientum