Barack Obama
Barack Obama, presidente electo de EE.UU que tomará cargo mañana 20 de enero, ha vuelto a defender la importancia de impulsar la producción de energías renovables como parte de su receta para poner en marcha la recuperación de la economía estadounidense, y para ello puso a España como uno de los ejemplos a seguir en este campo.
Obama afirmó durante un discurso en Bedford Heights, Ohio, tras visitar una fábrica de turbinas de viento «Pensad en lo que está pasando en países como España, Alemania o Japón, donde están haciendo inversiones reales en energías renovables. Están preparados para llevar el liderazgo en esta nueva industria»
El presidente electo aseguró que esos países no llevan la delantera a Washington «porque sean más inteligentes, trabajen más o sean más innovadores» que los estadounidense, sino porque sus gobiernos así lo han querido y están invirtiendo en ello. «Están aprovechando el trabajo duro de su gente y haciendo inversiones audaces en ese campo –subrayó–.Y no hay ningún motivo por el que nosotros no podamos hacer lo mismo en Estados Unidos».
Duplicar la producción de energía renovable en tres años
Obama ha recordado que pretende duplicar la producción de energía renovable en los próximos tres años, modernizar el 75% de los edificios federales públicos y mejorar la eficiencia energética de dos millones de hogares en todo el país.
Los demócratas en la Cámara de Representantes han hecho pública una propuesta legislativa consensuada con el equipo económico de Obama en el que por primera vez se dan a conocer los detalles del mencionado plan, que contempla invertir hasta 825.000 millones de dólares para salir de la crisis, de los cuales 31.200 millones irán destinados a incentivar la producción de energía renovable.
Obama advirtió de que si no se actúa ya se podrían perder millones de puestos de trabajo, muchos de ellos en el sector de las energías alternativas. «Si no hacemos algo la mitad de los proyectos de energía eólica planeados para 2009 quedarían abandonados. Pensad en lo que eso supondría, los empleos que se perderían y la cantidad de energía limpia que dejaríamos de producir», concluyó.