Tanto el etiquetado energético como la nueva etiqueta energética europea, disponibles para los distintos tipos de electrodomésticos, aportan información útil al usuario en este sentido. El coste de los electrodomésticos eficientes se amortiza a largo plazo, porque aunque según aumenta el nivel de calificación energética puede producirse un aumento de cientos de euros en el coste del electrodoméstico, lo que conviene revisar a la larga, es el porcentaje que supone el uso de electrodomésticos como la lavadora, secadora, lavavajillas, o el frigorífico en la factura eléctrica mensual del hogar.
Por ejemplo, Fersay, líder en repuestos para electrodomésticos a nivel nacional, explica que por lo general, los electrodomésticos con una alta calificación de eficiencia energética usan entre un 10% y un 50% menos de energía cada año que sus contrapartes convencionales. “Considerando que lo normal es que cualquiera de los electrodomésticos anteriores dure entre 10 y 20 años, ciertamente actualizarse a electrodomésticos más respetuosos con el medio ambiente y con nuestro consumo energético es una decisión sabia a largo plazo”. Los cálculos que facilita la marca de repuestos, de un modo sencillo, según comentan, es decir, “tomando como base un gasto de 1.000€ anuales en la factura de luz”, con electrodomésticos energéticamente eficientes se traduce en un ahorro de “entre 200 y 300 €/año”. Una cantidad que además aumenta en facturas más altas, dependiendo del consumo en el hogar.
Diferencias entre electrodomésticos eficientes y no eficientes
La diferencia entre adquirir electrodomésticos eficientes y no hacerlo es aproximadamente de 500€ por cada electrodoméstico, explican desde Fersay. Dependiendo de su nivel de eficiencia energética no merecería la pena, “pero pueden encontrarse modelos de lavadoras, secadoras, neveras, congeladores y lavavajillas respetuosos con el medio ambiente a muy buen precio en el mercado que se amortizan en, como mucho, 5 años”.
Y teniendo en cuenta que ese electrodoméstico durará entre 10 y 20 años, sí salen las cuentas. Ante todo, comprar electrodomésticos eficientes es una tarea que debe pensarse con calma. “No sirve de mucho adquirir un lavavajillas de 4.000€ pretendiendo ahorrar en la factura de la electricidad cuando pueden encontrarse modelos de grandes marcas con una calificación energética similar por 1.000€”, comentan desde la empresa.
Otro consejo para incrementar el ahorro es aprovechar las ofertas puntuales como los días sin IVA, el Black Friday o las rebajas, “pero cuando nuestra nevera deja de funcionar, adquirir una nueva es esencial para la supervivencia de una familia en el día a día. Por eso en la mayoría de ocasiones, investigar bien el mercado no es una opción viable, porque no se trata de comprar por impulso, sino por necesidad”, reconocen en Fersay.
El etiquetado energético actual
La etiqueta energética para electrodomésticos aprobada hace ahora un año, en sesión plenaria del Parlamento Europeo, irá progresivamente sustituyendo a la actual, a partir de finales del 2019. La diferencia es que mientras el sistema actual califica los productos desde A +++ a G la etiqueta revisada los valorará en una escala de la A a la G. Las encuestas a consumidores muestran que alrededor del 85% de los ciudadanos europeos examinan las etiquetas de eficiencia energética cuando compran productos, sin embargo, la propia Comisión ha afirmado que tener los mejores resultados en las categorías que iban de A + a A +++ “era engañoso y ocultaba posibles diferencias sustanciales en el rendimiento energético”.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ofrece cursos a los ciudadanos sobre el ahorro energético en diferentes ámbitos. Se trata de una plataforma de formación online impulsada con la finalidad de fomentar el ahorro de energía en nuestra vivienda, oficina y en el uso del automóvil. En definitiva, una plataforma e-learning, que “nos enseña mediante cursos sencillos y gratuitos una serie de consejos con los que se pretende impulsar la concienciación, la colaboración activa y la adquisición de buenos hábitos por parte de todos, sin que ello afecte al confort y la calidad de vida del ciudadano” explica el IDAE.