Alicante se ha convertido en un paraíso de la energía solar. En buena parte se debe a que la provincia es una de las zonas de España donde la radiación solar es mayor. También porque invertir en instalaciones de energía solar fotovoltaica es un negocio rentable que se amortiza en pocos años, ya que hasta la fecha las compañías eléctricas han tenido la obligación de comprar toda la energía que se produzca en estas centrales a un precio tres veces superior al habitual. Y, además, porque hasta hace tres años estas iniciativas estaban respaldadas con subvenciones.

La combinación de estos tres elementos podría explicar que Alicante sea la provincia española con mayor ratio de potencia de energía solar instalada por kilómetro cuadrado, según datos del Ministerio de Industria facilitados por la Agencia Valenciana de la Energía. La provincia sumaba, en junio, 46.000 kilowatios de potencia solar instalada (que producen al año 70.000 megawatios hora), cifra que supera la suma de la provincia de Valencia (30.158 kilowatios) y de Castellón (13.179 kilowatios). Y el dato se ha disparado desde el año 2003, cuando la provincia tenía instalada una potencia solar de apenas 125 kilowatios.

El empuje en la generación de energía solar que vive la provincia de Alicante viene de la mano de varios proyectos de grandes dimensiones. El principal de ellos es la planta solar de Beneixama, considerado como el «mayor huerto solar del mundo», pese a que la estadística es muy cambiante por el gran número de proyectos en marcha. La planta de Beneixama tiene una potencia instalada de 20.000 kilowatios. Otra destacada es la del Grupo Enercoop en Crevillent y que se está en fase de ampliación. Junto a ellos, en la Comunidad Valenciana destaca también, por sus dimensiones, la planta solar de Alcublas (Valencia) y la de Sierra Engarcerán (Castellón). Y sobre cubierta, la de mayores dimensiones está en el tejado de la firma de Cocentaina Jover Textil (600 kilowatios), en Cofedal (Alicante) y en el grupo de frutos secos Importaco (Valencia).

Pero pese a estos grandes números, y a que la Comunidad Valenciana ya ha superado ampliamente el objetivo marcado por el Gobierno en el Plan de Energías Renovables 2005-2010 que asignaba a la autonomía 34,08 megawatios, la energía solar fotovoltaica es sólo un complemento y, ni siquiera el más potente entre las energías alternativas. Toda la potencia solar instalada en la Comunidad Valenciana, de hecho, equivale al consumo de algo más de 185.000 personas al año, según una estimación de la Agencia Valenciana de la Energía.

Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción del País Valenciano en Alicante, considera que en el florecimiento de este tipo de instalaciones de energía alternativa en la provincia ha jugado su papel la rápida amortización de estos negocios (que ronda los ocho años), que ha atraído al capital existente y parte del dinero ganado en los últimos años. La situación puede cambiar, ya que el Gobierno ultima un decreto que regulará la energía solar fotovoltaica y que, entre otros aspectos, prevé rebajar el precio de venta de la electricidad. Una pretensión que la semana pasada criticó el consejero de Infraestructuras, Mario Flores, que reclama rebajas del precio menos drástico para que se mantenga el crecimiento de esta actividad y de la industria que lleva aparejada. Arribas recuerda, en cualquier caso, que la Unión Europea ha marcado el objetivo de que el 2012 cerca del 30% de la generación de energía eléctrica proceda de fuentes renovables, y explica que mientras que en España la cifra ronda el 22 o 23 por ciento, en la Comunidad Valenciana, sobre todo por el retraso del Plan Eólico, el porcentaje no llega al 20 por ciento.



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