El último informe publicado recientemente por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronostica que la demanda mundial de carbón en 2023 continuará cerca de los niveles récord alcanzados en el año 2022. China, India y los países del sudeste asiático impulsan el consumo mundial de carbón para las aplicaciones industriales y la generación de energía, representando el 75% del consumo de carbón a nivel mundial. En el lado opuesto nos encontramos a Estados Unidos y la Unión Europea, que han reducido su consumo y representan menos del 10% en la actualidad.
El año pasado, el consumo mundial de carbón aumentó un 3´3% a 8.300 millones de toneladas, donde alcanzó un “máximo histórico” y estableció un nuevo récord. El informe predice que la demanda de este combustible fósil se incrementará un 0´4% interanual en 2023, llegando a alcanzar los 8388 millones de toneladas. Las ínfimas reducciones en la generación de energía se compensarán con los incrementos en el uso industrial del carbón, donde destaca grandes disparidades geográficas. Para el año 2024, los autores del informe vaticinan una reducción del 0´1%.
El informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) lo destaca de la siguiente manera:
Además, añade cuáles serán los factores que influirán en la demanda mundial de carbón en 2023:
La demanda mundial de carbón alcanzó un “máximo histórico” en 2022
La demanda mundial de carbón alcanzó un récord histórico en 2022, cuyos valores se situaron en 8.300 millones de toneladas, registrando así los niveles más altos de la historia. A pesar de los ambiciosos objetivos globales por reducir el uso del carbón, la gran mayoría de los países siguen sin abandonar la quema de combustibles fósiles para producir energía.
Respecto al consumo de carbón a nivel mundial para generar electricidad, la mayor parte de los países desarrollados de Asia, Europa, Norteamérica y las grandes economías emergentes tienen un mayor consumo de carbón que los países menos desarrollados.
La producción de carbón se ha reducido en España durante los últimos años. Existen reservas de carbón para muchos años, disponiendo de unos 1.000 millones de toneladas de reservas de carbón y más de 4.000 millones de toneladas de recursos totales.
El repunte de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) por encima de los niveles previos a la pandemia fueron impulsados en su mayoría por China, país en el que se produjo un incremento de 750 millones de toneladas entre los años 2019 y 2021. Solo en el año 2021, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por el gigante asiático alcanzaron un 33% del total mundial.
¿Cómo está siendo la evolución del consumo de carbón durante 2023?
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala que, durante los seis primeros meses de 2023, la demanda mundial de carbón aumentó un 1´5% en términos anuales, lo que se traduce en 4.665 millones de toneladas. Para el año 2024, el informe predice que la demanda mundial de carbón experimentará un posible descenso de sólo un 0´1%, situando sus valores en en 8.380 millones de toneladas.
Este aumento ha venido impulsado por un crecimiento del 1% en la generación de energía y de un 2% en los usos industriales no energéticos. Para compensar este crecimiento, los expertos confían en que haya una reducción en la producción mundial de electricidad en termoeléctricas de carbón en la últimos seis meses de este año.
Respecto a las regiones que más carbón consumen a nivel mundial, el informe estima que en China e India, los dos principales países consumidores, el consumo creció un 5´5% en la primera mitad de 2023. Mientras tanto, la demanda mundial de carbón se redujo un 24% en Estados Unidos y un 16% en la Unión Europea durante ese mismo periodo.
Asia continúa siendo el mayor emisor de carbono a nivel mundial
Keisuke Sadamori, director de Mercados Energéticos y Seguridad de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), subraya que el carbón es la mayor fuente de emisiones de carbono del sector energético:
¿Qué podemos esperar de la transición energética de cara al futuro?
La transición energética es la llave que necesitamos para hacer frente a la crisis energética y climática a nivel mundial. Las preocupaciones por la seguridad energética, los altos precios de los combustibles fósiles y la urgencia del cambio climático subrayan la necesidad de avanzar más rápido hacia un sistema de energías limpias.
La invasión de Rusia en Ucrania originó una crisis energética a nivel mundial. Muchos países, principalmente europeos, tuvieron que reducir sus expectativas en materia de transición energética. A pesar de ello, la urgencia de luchar contra el cambio climático se mantiene vigente. El año 2022 puso de manifiesto que la estrategia de la transición energética mundial es vulnerable y que es muy difícil que se puedan cumplir los acuerdos pactados.
A pesar de los avances realizados por los países para implantar un suministro limpio de energía en el mundo que cambie nuestra forma de producir la energía que necesitamos en nuestra vida diaria, el sector de los combustibles fósiles está volviendo a resurgir. No son grandes noticias para el mundo, ya que volvemos a dar un paso atrás a la hora de alcanzar la sostenibilidad y la buena salud de nuestro planeta.
El ritmo de despliegue de las energías renovables deben triplicarse para el año 2030. La electrificación y la eficiencia energética serán los motores principales de una correcta transición energética gracias a importantes factores como la biomasa sostenible, las energías renovables y el hidrógeno verde.
Fuentes: Redacción Ambientum, Agencia Internacional de la Energía, EnergyNews