Se necesita una transformación sin precedentes de la forma en la que se produce, transporta y utiliza la energía a nivel mundial. Y los coches combustión juegan aquí un papel muy importante. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) es una institución creada en 1974 para velar por los intereses energéticos de los países desarrollados.
La institución ha publicado un informe en el que propone prohibir las ventas a nivel global de coches de combustión a partir del año 2035. También incluiría una prohibición similar para la venta del 50% de camiones pesados. La IEA propone una hoja de ruta con el “difícil, pero alcanzable objetivo” de lograr “emisiones 0” para 2050. En 2040 ya no deberían circular coches de combustión.
Esta propuesta es más ambiciosa que la recién aprobada Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España, (que contempla el veto a los coches nuevos de combustión en 2040) adelantándose 5 años en los límites de las primeras medidas. «Los objetivos quinquenales actuales implican que no se logre ninguna reducción de forma progresiva y se retrasan las inversiones hasta el último minuto», ha lamentado la IEA.
El plan contiene más de 400 puntos y recomendaciones para guiar el proceso de transformación hacia el objetivo de limitar a 1,5°C el calentamiento global. La institución ha calificado este logro como «el mayor desafío al que se ha enfrentado la humanidad», declara Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA.
Coches de combustión, petróleo, gas y carbón en el punto de mira
Entidades y organizaciones ecologistas se han hecho eco de este informe. Y es que llevan años avisando de que no hay espacio para los combustibles fósiles si queremos mantener el calentamiento global dentro de unos márgenes seguros.
Por eso han apoyado esta hoja de ruta que pretende guiarnos hacia la descarbonización del sector energético mundial a través de un cambio de conceptos. Se suman a esta transformación grandes empresas como el grupo Iberdrola, que se ha comprometido a liderar la transición energética. Una tarea que puso en marcha hace ya 20 años y en la que ha invertido 120.000 millones de euros, convirtiéndose en líder mundial en renovables.
Alternativas a los combustibles fósiles
El sector energético mundial debe estar dominado por la tecnología solar y eólica, el transporte público debe ser electrificado y hay que multiplicar exponencialmente los puntos de recarga y la producción de baterías.
Por otra parte en 2050, según la ruta diseñada, la demanda mundial de energía deberá ser un 8% menor que la actual y mucho más eficiente consiguiendo alimentar una economía global que se espera doble su capacidad en este plazo y suministrar estas energías renovables y eficientes a una población que tendrá un aumento estimado en 2.000 millones de personas.
Debido a esto es muy importante el compromiso de empresas como Iberdrola, que prioriza su posible evolución futura, impulsando la innovación energética en las diferentes áreas en las que opera y colaborando con instituciones internacionales de reconocido prestigio como la propia IEA.
Actualmente los combustibles fósiles suministran cuatro quintas partes de la energía mundial, si se cumple este itinerario se espera que tan solo suministren a poco más de una quinta parte.
La IEA afirma en su estudio que tampoco se aprobarían nuevos proyectos para extraer petróleo y gas a partir de 2035 ni se podrían autorizar nuevas minas de carbón o extensiones de las explotaciones existentes, de esta forma los productores tendrían que destinar sus inversiones a la reducción de emisiones y adecuarse a reducir al máximo posible la explotación de hidrocarburos.
Aumento de la inversión
Es imprescindible aumentar las inversiones hasta un grado histórico en la energía limpia que creará millones de nuevos empleos y elevará el crecimiento económico global.
Es igualmente necesario llevar a cabo un despliegue inmediato y masivo de todas las tecnologías limpias y eficientes disponibles. Todo ello combinado con un importante impulso global para acelerar la innovación. Los gobiernos deben aumentar y priorizar presupuestos orientados a su gasto en I+D, colocando el problema climático en el centro de sus políticas energéticas.
Con este plan, la agencia calcula que la inversión anual debe crecer hasta alcanzar en 2030 los cinco billones de dólares. Se ha estimado que de cumplirse estos objetivos supondrían un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial del 4% respecto a las tendencias actuales.
Fuente: STOP CAMBIO CLIMÁTICO,
Artículo de referencia: https://www.stopcambioclimatico.es/2021/06/22/coches-combustion-fecha-caducidad/,