Un equipo de químicos estadounidenses ha desarrollado un proceso revolucionario que convierte el azúcar de las plantas en hidrógeno y que podría usarse muy pronto para impulsar vehículos de forma eficiente, barata y limpia. El proceso utiliza almidón, agua y un cocktail de 13 enzimas diferentes para generar hidrógeno y dióxido de carbono. Los resultados han sido presentados esta semana en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química.
No obstante, la cantidad de hidrógeno obtenida mediante este sistema de "biología sintética in vitro" no es aún suficiente para su uso comercial, según ha declarado el ingeniero bioquímico Percival Zhang. Por ese motivo, Zhang y sus colegas están trabajando para perfeccionarlo. Además, esperan sustituir el almidón por celulosa de forma que en el futuro las personas puedan "ir al supermercado, comprar paquetes de celulosa o almidón sólido y cargarlos en el tanque de gas de su coche de células de combustible". Un coche, añade Zhang, que no generará polución y que tampoco producirá humo ni olores desagradables.