El cable, previsiblemente listo para 2016, se convertirá en el más largo del mundo de estas características, y va a propiciar la conexión de hasta 6.000 nuevos megavatios de energías renovables al sistema eléctrico británico.
Gracias a esta ampliación, se podrá abastecer de energía a más de tres millones de hogares, por lo que este proyecto va a convertirse en una pieza clave para Reino Unido de cara a cumplir sus metas medioambientales.
El mercado británico es fundamental en la expansión exterior de Iberdrola, iniciada hace una década, y que le ha llevado a convertirse en la primera compañía eólica mundial y una de las tres eléctricas con mayor capitalización bursátil de Europa. Precisamente, hace seis años, concretamente en abril de 2007, cerró en Reino Unido la mayor adquisición en la historia del grupo, al desembolsar 17.200 millones por la escocesa ScottishPower.