La central nuclear de Ascó (Tarragona) ha detectado la presencia de partículas radiactivas tanto en el exterior como en el interior de la planta. No obstante, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha asegurado que "las repercusiones del suceso están muy por debajo de los límites establecidos".
La detección se comunicó este viernes al CSN, después de que se registraran partículas en la unidad I, en la terraza de los edificios de combustible, auxiliar, de control, de turbinas y zonas adyacentes. El CSN ha desplazado hasta la central a un equipo de inspectores.
Por su parte, el titular de la planta está retirando las partículas a medida que se van localizando, incrementa la vigilancia en el interior y "peina" las zonas exteriores en la dirección de los vientos dominantes.
Según la planta, la hipótesis "más probable" es que las partículas procedan del sistema de extracción y filtración de aire del edificio de combustible. Este sistema se contaminó durante las operaciones de limpieza al finalizar la recarga de combustible de la unidad I en noviembre.
La radiactividad total de las partículas encontradas apunta a que la "cantidad de actividad vertida al exterior" fue reducida" y, en la situación más desfavorable, daría lugar a dosis "muy por debajo de los límites legales establecidos" para los trabajadores, la población y el medio ambiente.
Por su parte, Greenpeace denunció que se han detectado niveles importantes de radiactividad, de por lo menos cinco curios, de cobalto, manganeso y otros elementos en tejados y vallados exteriores.
Como apuntó el CSN en su comunicado, si se confirma que el episodio de ahora deriva de la recarga de combustible de noviembre, los ecologistas consideran que supone un "fracaso rotundo" del Plan de Vigilancia Radiactiva (PVRA) de Ascó y de la Red de Vigilancia Radiactiva Ambiental (REVIRA) del CSN. Por ello, pidió explicaciones urgentes y detalladas al CSN sobre el incidente.