Aproximadamente la mitad de los activos de combustibles fósiles (gas y petróleo) del mundo carecerán de valor para 2036 como consecuencia de la transición energética, según una investigación de la Universidad de Exeter (Reino Unido). El estudio advierte de que aquellos países que más tarden en descarbonizarse sufrirán más consecuencias negativas, al contrario que aquellos que estén al día con sus deberes.
Informe
El informe también destaca el riesgo de producir mucho más petróleo y gas de lo necesario para la demanda futura, que se estima que dejará entre 11 billones y 14 billones de dólares en los llamados activos varados: infraestructura, propiedades e inversiones donde el el valor ha caído tan abruptamente que deben ser cancelados.
El autor principal, Jean-Francois Mercure de la Universidad de Exeter, señala que el cambio a la energía limpia beneficiaría a la economía mundial en general, pero que debe manejarse con cuidado para evitar focos regionales de miseria y una posible inestabilidad global.
“En el peor de los casos, la gente seguirá invirtiendo en combustibles fósiles hasta que, de repente, la demanda que esperaban no se materialice y se den cuenta de que lo que poseen no tiene valor. Entonces podríamos ver una crisis financiera en la escala de 2008″, señala, advirtiendo que las capitales petroleras como Houston podrían sufrir la misma suerte que Detroit después del declive de la industria automotriz estadounidense, a menos que la transición se maneje con cuidado.
El desafío es evidente en la conferencia climática COP26 en curso, donde es probable que algunas de las naciones con mayor riesgo de quedarse con activos varados, como los exportadores de petróleo y gas Rusia y Brasil, intenten frenar la transición como lo han hecho en reuniones previas sobre el clima, mientras que los que tienen más probabilidades de ganar, como la UE, que es importadora de combustibles, están presionando para que se tomen medidas más rápidas.
La influencia geopolítica del ocaso del gas y el petróleo
El estudio, publicado en Nature Energy, ilustra cómo una caída en la demanda de petróleo y gas antes de 2036 remodelará el panorama geopolítico. Los flujos de inversión actuales y los compromisos gubernamentales para alcanzar cero emisiones netas para 2050 harán que la energía renovable sea más eficiente, más barata y estable, mientras que los combustibles fósiles se verán afectados por una mayor volatilidad de precios. Muchos activos de carbono, como las reservas de petróleo o carbón, quedarán sin utilizarse, mientras que la maquinaria también quedará varada y ya no producirá valor para sus propietarios.
Los activos más vulnerables son los que se encuentran en regiones remotas o entornos técnicamente desafiantes. Los más expuestos son las arenas bituminosas canadienses, el esquisto estadounidense y el Ártico ruso, seguidos de pozos marinos profundos en Brasil y otros lugares. El petróleo del Mar del Norte también es relativamente caro de extraer y es probable que se vea afectado cuando la demanda caiga.
Por el contrario, los importadores actuales de petróleo, gas y carbón, como la UE, Japón, India y Corea del Sur, obtendrán importantes dividendos económicos de la transición porque podrán utilizar el dinero que ahorren en compras de combustible en el extranjero para invertir en sus propios recursos, incluido el dinero para energías renovables que modernizarán la infraestructura, crearán puestos de trabajo y mejorarán la independencia energética.
La situación de los dos mayores emisores del mundo, Estados Unidos y China, es más compleja, ya que tienen economías más diversificadas con importantes activos de combustibles fósiles y poderosos sectores renovables. Por último, El Reino Unido se encuentra en una situación similar, pero como importador neto de energía, se beneficiará en general.
Fuente: The Guardian, Javier López de Benito / EnergyNews,
Artículo de referencia: https://www.energynews.es/influencia-de-ocaso-de-los-combustibles-fosiles-en-la-geopolitica/,