La conservación de los mares se encuentra en un momento crucial. Por un lado el creciente volumen de información científica pone de manifiesto los valores de este ecosistema y su elevada sensibilidad y acelerado deterioro, así como la necesidad de reforzar su protección. Por el otro, cada vez son más las actividades humanas que se desarrollan o planifican en este medio, especialmente en aguas oceánicas, lo que representa un serio riesgo y hace necesaria una correcta gestión.
 
En España podemos ver varios ejemplos de este enfrentamiento entre las aspiraciones de progreso y la necesidad de conservar unos valores ambientales en equilibrio precario. Un caso de actualidad es el de las prospecciones petrolíferas previstas en aguas de Canarias, y más concretamente al este de Lanzarote y Fuerteventura.
 
Las islas Canarias se encuentran en un Área de Endemismo para las Aves (EBA), por su alto grado de especies endémicas (es decir, exclusivas del archipiélago). Entre sus valores destacados se encuentran las aves marinas pelágicas, consideradas las más amenazadas a nivel global. Petreles, pardelas y paíños crían en islotes y acantilados del archipiélago y se alimentan en aguas oceánicas, o bien en las ricas aguas de la cercana plataforma continental africana, visitando de forma recurrente el área prevista para las prospecciones. La zona es también un importante corredor migratorio para aves marinas, acuáticas y terrestres que se desplazan desde Europa hacia África.
 
Estos valores han contribuido a la designación de la mayor parte de las islas del archipiélago como Reservas de la Biosfera, entre ellas Fuerteventura y Lanzarote. Asimismo, el creciente volumen de información sobre el medio marino ha llevado a proponer varias zonas del archipiélago canario como Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (IBA) marinas, especialmente en el sector oriental (Banco de la Concepción, Islotes de Lanzarote y Estrecho de la Bocaina). Este inventario, elaborado por SEO/BirdLife, se ha reforzado durante el Proyecto LIFE+ INDEMARES y se suma a otros valores por hábitats, tortugas marinas y cetáceos.
 
Todo ello permitirá, en el marco de dicho proyecto, ampliar la Red Natura 2000 al medio marino, incluyendo todo el oriente de Fuerteventura y Lanzarote, y coincidiendo con el área propuesta para las prospecciones. Ahora mismo, la Red Natura 2000 no alcanza ni el 1% del territorio marino en España, cuando debería llegar al 10% según el Convenio de Diversidad Biológica de la ONU. Además, los espacios protegidos actualmente, cubren áreas pequeñas y mayoritariamente de litoral que dejan de lado el medio oceánico.
 
Por todo ello, SEO/BirdLife considera que el proyecto de prospecciones (que, de ser satisfactorias, llevarían a una subsiguiente fase de explotación) se encuentra en una zona de gran valor ambiental, donde el impacto de dichas perforaciones tendría un coste demasiado alto para la biodiversidad marina. Más aún, esta actividad tendría un efecto muy severo sobre la economía de la zona, basada en gran medida en el turismo, y donde en consonancia con la figura de Reserva de la Biosfera, dicha actividad turística se dirige y se debe dirigir cada vez más a la promoción de sus paisajes, su biodiversidad y, en definitiva, de sus valores naturales.
 
Frente a la explotación de combustibles fósiles, Canarias tendría que ser ejemplo de autoabastecimiento gracias a la potenciación y al desarrollo planificado de las energías renovables.
 
En este contexto, SEO/BirdLife ha elaborado un informe solicitado por el Comité Científico de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura en el que refleja la importancia ornitológica de la zona a prospectar y la grave amenaza que podría sufrir la biodiversidad del entorno en caso de seguir adelante con las prospecciones petrolíferas. En el caso de las aves, los riesgos incluyen colisiones, desorientación por luces, molestias y desplazamientos en las áreas de alimentación y contaminación del medio, que podría ser crítica en el caso de un accidente grave en la perforación. En base a este informe, un experto de SEO/BirdLife declaró ayer ante el Tribunal Supremo en Madrid, en calidad de perito, por un recurso contencioso-administrativo impuesto por el Cabildo de Fuerteventura. Así lo hicieron también técnicos de otros organismos, todos ellos apuntando el grave impacto que tendrían las perforaciones sobre la biodiversidad de la zona.



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