Los contaminantes atmosféricos procedentes del transporte marítimo se difunden a largas distancias y, en consecuencia, contribuyen cada vez más a los problemas de calidad del aire de muchas ciudades europeas. Si no se toman medidas, las emisiones de azufre del transporte marítimo de las zonas marítimas de la UE superará el de todas las fuentes terrestres para 2020. La legislación revisada pondrá fin a esta tendencia, reduciendo no solo las emisiones de azufre, sino también las partículas, lo que es más importante. Esto representará un claro avance en la protección de la salud de las personas y el medio ambiente.

Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión Europea, ha declarado lo siguiente: “La Unión Europea está ahora en vías de cumplir los compromisos asumidos en 2008 por unanimidad por sus Estados miembros en el seno de la OMI. También sabemos los costes que entraña el cumplimiento para la industria, que estamos intentando reducir al mínimo en el marco de las "caja de herramientas para el transporte sostenible por vías acuáticas", presentado en septiembre de 2011”.

Janez Potočnik, comisario de Medio Ambiente, ha declarado, por su parte, que “la mejora de la calidad del aire es un reto prolongado. Ha llevado un tiempo, pero ahora el sector marítimo ha asumido su compromiso. Los grandes beneficiados son los ciudadanos europeos, que respiran un aire más limpio y disfrutan de una vida más sana, así como la industria que suministra tecnología y combustibles limpios”.

La Directiva que entró ayer en vigor se rige por las normas elaboradas en la Organización Marítima Internacional (OMI). Reduce progresivamente el contenido máximo de azufre de los combustibles para uso marítimo del 3,5% actual al 0,5% en enero de 2020. En algunos ecosistemas frágiles, tales como el Mar Báltico y el Mar del Norte, incluido el Canal de la Mancha, el contenido máximo de azufre se reducirá al 0,1% ya en 2015.

Como alternativa a los combustibles con bajo contenido de azufre, los buques pueden optar por métodos de cumplimiento equivalentes, tales como los sistemas de depuración de gases de escape, o se pueden utilizar buques que utilicen GNL como combustible. Los actuales instrumentos de financiación del transporte de la UE, como los programas RTE-T y Marco Polo, así como el Banco Europeo de Inversiones (BEI), prestarán apoyo financiero a proyectos marítimos ecológicos. Además, la Comisión ha puesto en marcha actividades de estímulo de la utilización de combustibles como el GNL en el transporte marítimo. También seguirá aplicando medidas a medio y largo plazo a fin de promover una tecnología naval ecológica, combustibles alternativos y el fomento de infraestructuras de transporte ecológicas en el marco de la caja de herramientas para el transporte sostenible por vías acuáticas, en colaboración con la industria y los Estados miembros.

La presente Directiva es el último elemento de la normativa de la UE en materia de contaminación atmosférica, que se ha elaborado a lo largo de los treinta últimos años. La Comisión Europea está realizando una revisión completa de la normativa con vistas a actualizarla en 2013.

Próximos pasos

El 17 de abril de 2014 a más tardar, los Estados miembros tendrán que modificar su legislación vigente sobre la calidad de los combustibles marinos para ajustarse a la nueva Directiva. Esta facilita la seguridad jurídica de las inversiones necesarias por parte de los armadores, los operadores portuarios y las refinerías.

A partir de 2015, los Estados miembros han de velar por que los buques hagan uso de combustibles con un contenido de azufre no superior al 0,10% en el Mar Báltico y el Mar del Norte, incluido el Canal de la Mancha. Se aceptan métodos de cumplimiento equivalentes, tales como los sistemas de depuración de gases de escape.

A partir de 2020, los buques que operen en todas las demás zonas marítimas habrán de utilizar combustibles con un contenido de azufre inferior al 0,50%.

Contexto

Los buques suelen usar fuelóleos pesados para su propulsión. Los fuelóleos pesados pueden tener un contenido de azufre de hasta el 5%. En cambio, el contenido de azufre de los combustibles para camiones o turismos no puede ser superior al 0,001%.

Las emisiones de dióxido de azufre causan lluvias ácidas y generan polvo fino. Este polvo es peligroso para la salud, al provocar enfermedades respiratorias y cardiovasculares y reducir hasta dos años la esperanza de vida en la UE.



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