Según el comunicado que emitió ese mismo día el Parlamento Europeo para explicar el resultado de la votación y las novedades del texto aprobado es necesario implantar “medidas específicas para evitar incentivos al uso no sostenible de la biomasa para producción de energía cuando haya alternativas industriales o materiales que aporten mayor valor añadido. Así, apuestan por el uso de desechos y residuos para producir energía“.
Las referencias específicas a este asunto en el informe aprobado por los eurodiputados el pasado miércoles están recogidos en diversas enmiendas, entre ellas la 322, que se refiere al artículo 4, apartado 1, de la propuesta de la Directiva de la Comisión y que señala:
“…Para evitar distorsiones innecesarias en los mercados de materias primas, los regímenes de ayuda a la energía renovable procedente de la biomasa se configurarán de modo que se evite fomentar el uso inadecuado de la biomasa con el fin principal de producción de energía si existen usos industriales o materiales que aporten mayor valor añadido, lo que puede incluir dar prioridad al uso de desechos y residuos. Los Estados miembros deberían tener en cuenta la biomasa disponible para un abastecimiento sostenible…”.
Principio de jerarquía de los residuos
También las enmiendas 321 -que cambia el artículo 3 apartado 2 bis de la propuesta de la Comisión- la y 323 -referente al artículo 26, apartado 1, párrafo 2 del texto original- tratan esta cuestión. Ambas remarcan el principio de la jerarquía de los residuos: prevención, preparación/reutilización, reciclado, recuperación/valorización y eliminación.
Al respecto, el texto aprobado por el Parlamento también recoge la enmienda 73 -al Considerando 76 de la propuesta de la Comisión- señala que “para garantizar que, a pesar de la demanda creciente de biomasa forestal, la recolección se desarrolla de manera sostenible (…), las materias primas madereras deben proceder solo de bosques que se cultivan de conformidad con los principios de gestión forestal sostenible desarrollados en virtud de iniciativas internacionales como Forest Europe, y aplicados a través de la legislación nacional o de las mejores prácticas de gestión a escala de la base de suministro“.
Entre estos principios estarían:
- Que la recolección se realice en bosques cuya regeneración está garantizada.
- Que se preste especial atención a las áreas designadas expresamente para la protección de la biodiversidad, los paisajes y elementos concretos de la naturaleza.
- Que se conserven las fuentes de biodiversidad.
- Y que se haga un seguimiento de las reservas de carbono.
Además, los eurodiputados señalan que los operadores deben garantizar que se toman medidas para evitar o limitar las consecuencias negativas de la recolección para el medio ambiente y “adoptar un planteamiento basado en el riesgo“.
Biomasa sí, pero no a cualquier precio
En particular, el Parlamento Europeo cree que “se deberían incrementar las ayudas a las instalaciones de producción de energías renovables a partir de biomasa en las regiones ultraperiféricas muy dependientes de la importación de energía, a condición de que se respeten criterios de sostenibilidad para la producción de dichas energías renovables, adecuados a las características específicas de dichas regiones“.
En este sentido, también son muy importantes las enmiendas 297 y 356, que se refieren a la electricidad obtenida a partir de combustibles de biomasa obtenidos en instalaciones con una capacidad de combustible igual o superior a 20 MW cuando se produzca por medio de la tecnología de cogeneración de alta eficiencia o en instalaciones de generación de electricidad únicamente con una eficiencia eléctrica neta de como mínimo el 40 % y sin utilizar combustibles fósiles.