Es evidente que la revolución renovable está triunfando y la energía verde afortunadamente se está abriendo paso en todo el planeta.
Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la energía solar y eólica han tomado las riendas en la instalación de energía eléctrica a nivel mundial. La solar fotovoltaica alcanzó el récord de 118 GW construidos durante 2019, superando a las demás fuentes energéticas, mientras que los combustibles fósiles se han deslizado un 25%.
La energía solar ha producido enormes avances en tan solo una década, por ello, hay más capacidad solar y eólica funcionando en todo el mundo que la capacidad total de todas las tecnologías que existen actualmente en Estados Unidos.
La energía verde es una alternativa comprometida además de competitiva y, para abastecer a la población mundial, es necesario reducir el gasto energético y aumentar decididamente el consumo de energías renovables y limpias, entre ellas eólicas, hidroeléctricas, solares y geotérmicas.
Por eso, es momento de abandonar los subsidios a los combustibles fósiles (unos 400.000 millones anuales) y apostar por energías limpias, eficiencia energética e infraestructuras de apoyo, mejora de edificios, investigación, inversiones en regeneración de ecosistemas y restauración de suelos degradados, entre otros.
Esta pandemia, además de traernos desorientación, preocupación y desconfianza ante la incertidumbre, nos ha hecho estar más unidos y vulnerables que nunca, particularmente frente a la degradación ambiental que parece afectarnos a todos.
Es bien sabido que cada crisis viene acompañada de oportunidades y las inversiones futuras dependen de la ambición social y ambiental común. Orientar los estímulos de recuperación hacia una economía verde y socialmente resiliente puede constituir un verdadero proyecto común para salir de la crisis. Por ello, la economía verde es la mejor inversión para la recuperación.
Futuro verde
¿Y cómo salir de esta crisis? Trabajando e invirtiendo en sectores de futuro, como la economía verde y los programas de recuperación. Por eso es importante aprovechar esta oportunidad para impulsar la transición hacia un nuevo modelo socioeconómico que sea climáticamente neutral, sostenible e inclusivo. Además de dirigir la economía hacia un crecimiento sostenible y una mejora de la resiliencia.
Debemos demostrar al mundo que somos responsables con nuestro planeta, luchar por crear una sociedad distinta donde podamos favorecer a nuestros futuros sucesores una calidad de vida mejor.
¿Cómo lo podemos hacer? Mediante acciones. Por ejemplo, ya sabemos que no está permitido tirar pilas a la basura y que deben de ser depositadas en contenedores especiales que podemos encontrar en farmacias y supermercados. Hagámoslo.
Con un simple gesto podemos contribuir a la reducción de nuestra huella ecológica, algo que debemos tener muy en cuenta para aportar una vez más nuestro granito de arena a la protección del medio ambiente y a la conservación de nuestro gran planeta.
Fuente: STOP CAMBIO CLIMÁTICO,
Artículo de referencia: https://www.stopcambioclimatico.es/2020/09/11/comprometidos-con-la-recuperacion-verde-y-el-futuro-del-planeta/,