Una infografía desarrollada por SolarPower Europe muestra el estancamiento de la energía solar en España y su fuerte despegue en el resto del mundo. El pasado lunes a mediodía las placas fotovoltaicas instaladas en el estado alemán de Baviera estaban produciendo 2.105 MWh de electricidad: más del doble que todas las instaladas en España.
A esa misma hora en Inglaterra producían 1.665 MWh. En Westfalia, la región que agrupa a varios estados alemanes, estaban generando 1.500 MWh de potencia solar y en Baden-Württenberg cerca de 900 MWh. En la Puglia italiana producían cerca de 600 MWh solares, los mismos que en Grecia. En la República Checa superaban los 400 MWh, los mismos que en Suiza. Mientras tanto en Andalucía, con predominio del tiempo soleado, apenas superaban los 100 MWh: justo la mitad que en Bulgaria a la misma hora. Bulgaria. En Extremadura estábamos generando 90 MWh de energía solar. En Castilla y León 70 MWh. En la Comunidad Valenciana 50 MWh y en Cataluña apenas 30 MWh.
Todos estos datos sobre producción de energía fotovoltaica en Europa, agrupados por potencia instalada, por superficie de paneles o incluso por habitante, se pueden consultar en tiempo real en la página web de SolarPower Europe. Y todos ellos demuestran el ridículo solar al que nos han llevado los últimos gobiernos de nuestro país y al que nos sigue conduciendo el actual. El año pasado Alemania instaló otros 1.750 MW de potencia fotovoltaica, un poco menos que Turquía, que dio un espectacular acelerón al instalar de una sola tacada casi 1.800 MW solares. Reino Unido aumentó su potencia solar en 910 MW, Francia en 890 MW y Holanda en 853 MW.
España, que durante un tiempo estuvo liderando el ranking europeo junto a Alemania, volvió a hacer el ridículo instalando apenas 135 MW de energía fotovoltaica: la mitad de la que instaló Bélgica. Pero lo más triste es que esa ridícula cifra de la solar en España supuso en realidad un crecimiento de casi el 150% respecto al 2016. Un año más, el país con más sol de la UE a la cola del crecimiento fotovoltaico. Hay un sitio de internet en el que se evidencia de manera incluso más gráfica el hundimiento de la energía solar en España comparándolo con el crecimiento que está teniendo esta energía limpia a escala mundial. Se trata del mapa interactivo de potencia solar instalada en el mundo desarrollado por Greenbyte
Como podrán comprobar el crecimiento de esta fuente renovable a nivel mundial está resultando imparable. Un crecimiento liderado por China y EEUU, que en 2017 aumentaron su capacidad en una cuarta parte. En el país asiático han superado la barrera de los 100 GW de potencia solar instalada. En Japón ya llevan instalada la mitad: 50 GW. Algo menos que los norteamericanos (53GW). La India por su parte sigue aumentando y ya rebasa los 15 GW, mientras las previsiones indican que en los próximos años podría incluso superar a China.
Aunque sin lugar a dudas el dato más destacable del panorama internacional es el que aporta Alemania, que con 43 GW de potencia solar instalada en su territorio sigue siendo el líder absoluto de todos los países de la UE, muy por delante de Italia, con 19 GW y Reino Unido, con 12 GW: que se sitúan en segundo y tercer puesto respectivamente. España, con 5GW, va en el pelotón de cola. Antes de acabar permítanme que les invite a observar un curioso dato del mapa interactivo de Greenbyte. Vuelvan a situarse en esta página web (pulsar aquí) y desplacen el cursor de la barra de los años: el que está situado justo sobre los datos de los continentes, muévanlo hacia la izquierda hasta llegar al año 2008. Déjenlo ahí un instante y observen el mapamundi.
En aquel año Alemania era el líder mundial en energía solar, con 6.112 MW de potencia instalada. Pero fíjense en el segundo punto más grueso de todo el mundo: ¿Quién era el segundo país que estaba produciendo más energía solar entonces, muy por delante del resto? ¿Quién tenía más potencia solar instalada en su territorio que toda la que sumaban China, Japón y EEUU? Efectivamente, España. Lo dicho: hemos hecho el mayor ridículo de la historia. Y seguiremos haciéndolo hasta que la política energética no deje de ir al contrario del resto del mundo.
