Durante la presentación este viernes del estudio “Operación a largo plazo del Parque Nuclear Español”, Alonso, ha precisado que Santa María de Garoña (Burgos) -que comenzó a funcionar en 1971- podría operar hasta 2031. Por su parte, Almaraz I (Cáceres, 1981) hasta 2041; Almaraz II (1983), hasta 2043; Ascó I (Tarragona, 1983), hasta 2042; Ascó II (1985), hasta 2045; Cofrentes (1984) (Valencia), hasta 2044; Vandellós II (Tarragona, 1987), hasta 2047 y Trillo (Guadalajara, 1988), hasta 2048.
A este respecto, ha destacado que los titulares de las centrales nucleares han establecido programas "relevantes" de rejuvenecimiento de las plantas atómicas y que el Consejo de Seguridad Nuclear ha creado el procedimiento administrativo para solicitar y obtener autorización a largo plazo, al tiempo que la industria nuclear está, a su juicio, "preparada para operar a largo plazo y de forma fiable".
Por ello, ha defendido en que la operación a largo plazo del parque nuclear español es una decisión "justificada y necesaria", pero se necesita de un marco legal estable. Además, considera que si se dieran las circunstancias apropiadas, habría alguna empresa española interesada en invertir en nuevas plantas, tal y como está haciendo Iberdrola en Reino Unido. "Creo que las empresas españolas estarían dispuestas a construir centrales en España, cuando el momento sea mejor y la legislación no permita retrasos innecesarios", ha concluido.
Por su parte, la presidenta del Foro de la Industria Nuclear, María Teresa Domínguez, ha pedido al Gobierno que "escuche a la industria" que quiere planificar inversiones y que mantenga una "mente abierta".
Asimismo, el estudio defiende que los beneficios de la energía nuclear que son positivos para la generación eléctrica; los que se derivan de una tecnología intensiva en intelecto; los que genera por su elevada calidad tecnológica y en materia de promoción industrial; los medioambientales, al no emitir CO2; los propios del carácter anaeróbico de la reacción nuclear y los que proceden del impacto económico y social local.
Beneficios económicos, sociales y ambientales
Alonso, que ha dirigido el informe, ha incidido en que las centrales nucleares ofrecen beneficios tangibles en el entorno en que se ubican, porque reciben importantes ingresos en forma de impuestos, donaciones para actividades culturales, etcétera. En ese sentido, ha afirmado que las nucleares genera un efecto económico multiplicador porque por cada euro de inversión en una economía local, provincial, autonómica o nacional, se generan entre 3 y 4 euros.
Para ello, ha explicado que es preciso un mantenimiento de la seguridad cuyas responsabilidades recaen en el titular, que debe ejercer el liderazgo en la prevención y en la mitigación; en el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuya responsabilidad se basa en el establecimiento de una normativa, de la coerción y la vigilancia; y en el Gobierno, cuya competencia es legislar "de una forma efectiva y responsable para favorecer el desarrollo nuclear en España".
Al mismo tiempo, Alonso expone que, de acuerdo al informe, se debe atender también a la gestión de los residuos y el combustible gastado en lo que el titular debe atender a la gestión interna, control y vigilancia de emisiones; el CSN, en la normativa, vigilancia y coerción; la Empresa Nacional de Residuos (ENRESA), en la gestión a largo plazo de los residuos, el desmantelamiento de las instalaciones nucleares, y por ello debe construir el almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad de Villar de Cañas (Cuenca) que se sumará al de residuos de media y baja actividad de El Cabril (Córdoba).
En definitiva, el estudio analiza los beneficios de explotar a largo plazo el parque nuclear español respecto a la contribución a la generación eléctrica nacional, a la reducción de emisiones de carbono a la atmósfera, el desarrollo industrial y tecnológico, al impacto positivo en el entorno; así como los requisitos técnicos y sociales que se requieren para que las plantas operen 60 años en vez de los 40 años hasta la fecha.
A la presentación ha asistido también el vicepresidente y director general del área nuclear del Instituto de Energía Nuclear (NEI) de Estados Unidos, Toni Pietrangelo, quien ha expuesto el panorama de este país en relación con los criterios que allí se consideran para valorar los nuevos reactores y para la concesión de licencias para operar más de 60 años a más del 83 por ciento del parque nuclear estadounidense, que alcanza los 104 reactores. En la actualidad, se han renovado 71 de estas licencias y se están valorando otras 15 que ya lo han solicitado.
Finalmente, ha apuntado que el organismo regulador del país norteamericano (NRC), equivalente al CSN español, ha aprobado la solicitud para construir dos nuevos reactores en la central de Vogtle, que entrarán en servicio en 2016 y 2017 respectivamente.