La proporción de electricidad procedente de fuentes limpias sigue cayendo
Ahora, con la recuperación económica el consumo vuelve a aumentar y la proporción de electricidad procedente de fuentes renovables está cayendo de forma alarmante. En 2014, la electricidad procedente de fuentes limpias alcanzó el 42,8%. En los nueve primeros meses de este año ha caído hasta el 34,9% y la tendencia es a la baja: en septiembre apenas ha llegado al 30%.
Esta evolución, debida a factores climáticos y estructurales, es una muy mala noticia. Para los consumidores porque las fuentes que sustituyen a las renovables son más caras, lo que se traduce en un aumento del precio del pool eléctrico y una factura de la luz más abultada. Para el planeta, porque las energías que sustituyen a las renovables emiten gases de efecto invernadero que agravan el cambio climático. En concreto, la sequía de este año ha provocado una caída del 51% de la producción hidroeléctrica.
La electricidad que no proporcionan las fuentes renovables se obtiene de centrales que utilizan combustibles fósiles, básicamente carbón y gas. En septiembre, la electricidad procedente del carbón alcanzó el 14,7% del total, según datos de Red Eléctrica, y la procedente de centrales de ciclo combinado de gas, el 17,1%. En lo que llevamos de año la demanda de carbón para producir electricidad ha aumentado un 72% y la de gas un 33%. Las centrales nucleares se consideran fuentes limpias, y producen en torno a un 25% de la electricidad que se consume de forma bastante estable.
Todo esto ocurre cuando aparece un nuevo informe que advierte de que los efectos del cambio climático son peores de los estimados hasta ahora. Uno de los datos centrales de la evolución del clima es la temperatura de los océanos. Este estudio, realizado por un equipo de investigadores de las Universidades de Lausana (Suiza), Estrasburgo y Sorbona (Francia), revisa los datos en los que se basa el cálculo de la evolución de las temperaturas de las profundidades marinas y concluye que el calentamiento que se ha producido es mayor y más rápido de lo que se había estimado.
Los datos sobre producción eléctrica indican que España no está haciendo los deberes en materia ambiental y que de seguir así no va a cumplir ni los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático ni los objetivos establecidos por la Unión Europea. El hecho de que desde 2013 no se haya invertido en nuevas instalaciones de energías renovables hace prever que los aumentos de demanda llevarán a una mayor utilización de fuentes contaminantes, lo que aumentará las emisiones y agravará el cambio climático. La política del Gobierno en esta materia es decepcionante. Su falta de sensibilidad hacia los problemas ambientales es manifiesta y la vamos a pagar todos.