La sala de control de la central nuclear Ascó I, en Tarragona carecía de sellado antiincendios hasta que, durante una comprobación de las barreras de protección contra incendios, los técnicos detectaron que el sellado en una penetración de conductos eléctricos a dicha sala se encontraba «incompleto», por lo que la central ha estado desprotegida durante un tiempo indefinido.
Según informó el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en ese momento la central declaró «inoperable» la barrera antiincendios y, una vez realizados los trabajos de sellado, se volvió a declarar «operable».
Ascó-Vandellós (ANAV) atribuyó el boquete –mal sellado– en la penetración de conductos a la retirada de una tubería de agua potable que pasaba por dicha penetración, espacio que comunica, dentro del mismo edificio de control, un pequeño recinto del pasillo de acceso a la sala de control.
Ascó I ya anunció al ente regulador que realizará una «inspección visual general» de todas las barreras de protección contra incendios de la central nuclear con el fin de asegurar su protección contra incendios. Actualmente, la central se encuentra estable al 100 por cien de su potencia.