Los intentos de utilizar esquemas de certificación para reducir los graves problemas sociales y ambientales causados por el creciente volumen de cultivos destinados a la producción de combustibles están condenados al fracaso, según un nuevo informe publicado por Amigos de la Tierra a nivel internacional.
Esta semana se celebra en Madrid la “Tercera Exposición y Encuentro sobre Biocombustibles Sostenibles”, donde la certificación estará en el centro del debate. El informe se publica además en vísperas de una controvertida reunión en Buenos Aires para discutir sobre la certificación del cultivo de soja, un cultivo en rápida expansión por su uso para alimentación animal y como combustible.
Este nuevo informe de Amigos de la Tierra llega en un momento en el que crece la preocupación a nivel global sobre los impactos de la subida del precio de los alimentos. Los agrocombustibles (también llamados biocombustibles) son uno de los factores que se han asociado con esta tendencia. Su cultivo a gran escala está incrementando la presión sobre el uso de la tierra y fomentando el avance de los monocultivos en los países productores, como Indonesia, Malasia o Brasil.
“La expansión de los monocultivos a gran escala lleva a la destrucción de nuestros bosques, sabanas y vida silvestre, encarece los precios de la tierra y de los alimentos y directamente impacta sobre las comunidades rurales que son expulsadas de sus tierras para dar lugar a estas plantaciones. Desafortunadamente, la certificación de los monocultivos a gran escala como sostenibles daría un mensaje equivocado a los consumidores y no contribuiría a mejorar los métodos de producción. El aumento de la producción para la exportación y el aumento del consumo en el norte son las tendencias destructivas que deben ser invertidas” dijo Lucia Ortiz de Amigos de la Tierra Brasil.
“No podemos dedicar alimentos a nuestros coches mientras los precios de los alimentos se disparan, se talan bosques y aumentan los niveles de pobreza en los países del Sur. La certificación de los agrocombustibles como “ecológicos”, aunque sea bien intencionada, es una cortina de humo que despista al consumidor y permite que los problemas continúen. La verdadera respuesta ecológica es reducir la demanda de energía en los países del Norte” afirmó David Sánchez, de Amigos de la Tierra España.
El informe investiga todos los esquemas más importantes de certificación que se están presentando para minimizar los problemas sociales y ambientales de los cultivos de soja y caña de azúcar en América Latina y concluye que:
la rápida expansión de las plantaciones de soja y caña de azúcar empuja al resto de tipos de agricultura hacia otros lugares, causando deforestación, pérdida de vida silvestre y enormes problemas sociales, incluyendo conflictos violentos y expulsión de las comunidades de sus tierras. Ningún esquema de certificación resuelve este problema.
Los efectos secundarios como el aumento de los precios de los alimentos están fuera de todos los esquemas propuestos de certificación.
Es altamente improbable que cualquier esquema de certificación sea implementado de forma completa y controlado de forma efectiva, lo que introduce considerables riesgos de que estos esquemas estén abiertos al fraude y supongan un engaño para los consumidores.
Muchos esquemas de certificación están fuertemente dominados por grandes corporaciones internacionales cuyos negocios se basan en vender cantidades crecientes de productos agrícolas como materia prima y tienen escaso interés en reducir su demanda. Este proceso tiene fuerte oposición de las organizaciones de la sociedad civil en América Latina.
Los cultivos genéticamente modificados son aceptados en algunos de los esquemas como “responsables”, o sustentables aun cuando su cultivo ha incrementado masivamente el uso de herbicidas, con graves impactos ambientales y problemas de salud en comunidades rurales.