Vidal Quadras ha explicado que esta iniciativa se impulsa para alcanzar el objetivo del 20 por ciento de consumo de energías renovables en 2020, cifra fijada en el plan de acción de política energética aprobado en 2007.
Según la Comisión, la creación de este sistema de certificados de origen negociados permitirá a los estados miembros alcanzar sus objetivos de la manera más rentable posible: en vez de desarrollar fuentes renovables a nivel local, podrán comprar garantías de procedencia (con certificados que demuestran el origen renovables de la energía) a otros Estados miembros en los que la producción de estas energías resulte más barata.
Según ha resaltado Vidal Cuadras, este mecanismo de flexibilidad se inspira parcialmente en los ya existentes en la directiva de comercio de emisiones, con la diferencia de que esta compra y venta de certificados se realizaría exclusivamente dentro de la Unión Europea.
Si bien, el vicepresidente del Parlamento europeo ha matizado que tiene "ciertas dudas" ya que en España "nos ha ido muy bien sin este método que "probablemente será costoso" y que además "puede dar lugar a situaciones en las que a algún Estado le salga más barato comprar certificados que desarrollar su potencial".
Junto a este punto, ha recordado que para alcanzar los conocidos objetivos marcados para 2020 supone "un aumento de la electricidad renovable hasta el 34 por ciento de la producción a escala europea, un considerable incremento de la biomasa, así como la duplicación del uso de fuentes renovables para calefacción y refrigeración".
Por último ha recordado que el objetivo no se podría conseguir con la tecnología disponible en el presente, "necesitamos un mix energético diversificado, que ponga un especial énfasis en las fuentes con emisiones cero o casi cero y desarrollando la tecnología de captura de C02 sin demora".