Estas normas son esenciales para superar los retos de hoy en día, como el cambio climático, la dependencia excesiva de las importaciones y el acceso universal y asequible a la energía.
Es cierto que se han registrado algunos avances. Se ha ampliado la oferta para los consumidores, los precios de la energía al por mayor se mantienen bajo control y se están tomando medidas para garantizar la seguridad y disponibilidad del suministro.
Sin embargo, algunos países se están quedando rezagados en otros aspectos. Para acelerar el proceso, la Comisión hará un esfuerzo para ayudar a los consumidores a aprovechar las ventajas de un mercado competitivo. Entre las medidas previstas para lograr que el mercado interior energético funcione se incluyen las siguientes:
- velar por que todos los países apliquen correctamente la normativa; algunos todavía no lo hacen, sobre todo las normas sobre la interconexión de los mercados del gas y la electricidad.
- hacer lo posible por que los consumidores conozcan bien todos sus derechos, incluido el derecho a cambiar de proveedor sin coste alguno con tres semanas de preaviso; si todos los consumidores aprovechasen las tarifas más ventajosas, se ahorrarían 13.000 millones de euros al año
- promover la implantación de contadores inteligentes que permitan a los consumidores vigilar su consumo en tiempo real y gestionar mejor sus facturas energéticas
- instar a la claridad en la presentación de precios, tarifas y ofertas, protegiendo al mismo tiempo a los consumidores más vulnerables
- suprimir la regulación de los precios, que induce a los consumidores a creer erróneamente que los precios no pueden ajustarse más y constituye un obstáculo para la competencia y las inversiones (en la actualidad solo hay 9 países en la UE que NO regulan los precios al por menor).
Próximos pasos
Algunos países están pensando en ofrecer incentivos a los proveedores tradicionales con el fin de mantener la capacidad eléctrica cuando las fuentes de energía variables —como la eólica y la solar— no produzcan suficiente energía para satisfacer la demanda.
Antes de introducir este tipo de incentivos, es preciso analizar las razones que disuaden a los países de invertir en la mejora de su capacidad de producción. Las administraciones nacionales deberían examinar también la posibilidad de contratar el suministro de energía con proveedores de otros países de la UE para aumentar la rentabilidad.
La Comisión también emitirá directrices sobre cómo mejorar el mercado para las renovables.