Durante los últimos años, la central nuclear de Cofrentes, situada en La Comunidad Valenciana sufre bajadas de potencia, incidentes y accidentes con mucha frecuencia. El año pasado fue la central nuclear con más problemas de todo el parque nuclear español. Su comportamiento durante este año, no ha sido mejor. Lleva dos paradas no programadas, la primera por mal funcionamiento de las válvulas de seguridad/alivio y a pesar de que en 2008 fueron sustituidas las 16 válvulas. La segunda parada ha sido la de ayer, pero también ha tenido durante el año bajadas de potencia sin justificar, destacamos la del 26 de marzo, que a pesar de ser una bajada importante, no fue comunicada al CSN, como es preceptivo.
Hemos de recordar que las empresas explotadoras intentan sacar el máximo beneficio de estas instalaciones. Cofrentes suele estar por encima de su potencia eléctrica de diseño inicial, por cierto, ampliada en marzo del 2002 de 875Mw a 1.096 Mw. (Megavatios). Estos cambios supusieron realizar sustituciones de muchas piezas y componentes y tuvieron que actualizar las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETF). También debería de haberle exigido el CSN una Declaración de Impacto Ambiental, pero no fue así. De esta forma en un tiempo record de 29 días pudo hacer toda esa transformación. Durante esta parada y las pruebas de arranque, la planta sufrió varios sucesos más o menos importantes. 9 fueron comunicados al CSN, pero 3 más no (Dos fueron detectadas por los Inspectores Residentes: durante la recarga habían pasado mangueras de cables a través de unas válvulas que conectaban con la contención secundaria de la central, en caso de accidente las válvulas no habrían podido cerrarse y la radiactividad hubiera escapado hacia el exterior. También detectaron otras válvulas que no estaban consignadas correctamente y el otro accidente fue el vaciado parcial de una de las piscinas en las que se guarda el combustible irradiado en el núcleo).
Desde la liberación del sector eléctrico en 1997, las empresas explotadoras ya no pueden por ejemplo cargar las reformas de una central sobre la tarifa de la luz y eso se ha visto reflejado también en un recorte del presupuesto para medidas de seguridad. Si sumamos que Cofrentes, es una central con 25 años de funcionamiento, por lo tanto antigua, lo único que podemos esperar es que cada vez más, sufra incidentes y accidentes.
Hay que añadir que Cofrentes es la central nuclear española que más residuos nucleares de alta actividad ha generado, unas 660 T y que se guardan en las piscinas dentro de sus propias instalaciones. No existe ningún problema técnico o económico que justifique el mantenimiento en funcionamiento de esta central nuclear más allá del 2011, cuando vence su permiso de explotación. El Valle de Ayora, ya ha pagado con creces su cuota de solidaridad. Es hora de reclamar un impulso político para sustituir esta vieja central, por otros sectores industriales, agrarios, ganaderos o turísticos que desarrollen actividades más limpias y respetuosas con el medio ambiente y que generen más puestos de trabajo en la zona.