Trabajadores y simpatizanrtes de Garoña / Nuclenor
Por F. Toribio
Nuclenor, empresa que gestiona la central, a través de su página web, declara que del mismo modo que los ecologistas recurrirán ante los tribunales, la entidad privada “presentará acciones legales para defender sus derechos e intereses legítimos de todas las partes afectadas por una decisión arbitraria y carente de justificación”.
Alegando que la planta se encuentra modernizada y la seguridad de la misma ha sido avalada por el Consejo de Seguridad Nuclear, así como por cinco equipos de inspección de organismos internacionales en los últimos doce años, entre los que se encuentra la Agencia Internacional de Energía Atómica, que depende de la Naciones Unidas.
Casi energía verde
Centran la necesidad de su actividad en varios aspectos como es garantizar el suministro eléctrico, el ahorro en emisiones de CO2 (la energía nuclear no emite gases de efecto invernadero), por lo que salvo la problemática de los residuos nucleares podría considerarse una energía “verde”.
En cuanto a la controversia sobre los residuos, hace mención a las nuevas técnicas para la disminución tanto de su vida radiactiva que mediante la transmutación se puede conseguir pasar de un millones de años a 100 años y el volumen de los mismos que pasamos de hablar de m3 a la disminución en un factor diez veces menor.
Adios al desarrollo rural
Además recalcan que a través de la actividad industrial que desarrollan existe un aporte al desarrollo económico y social en la zona de influencia. Dando la oportunidad de nuevas formas de ingresos para el municipio y sus habitantes, además de la vida social que aporta al pueblo de Garoña.
El ayuntamiento de Almonacid de Zorita (Guadalajara), de manos de su alcalde briel Ángel Ruiz del Olmo, pide a los responsables del municipio de Garoña que “impidan el cierre de una central segura”, pues tras el cierre de la central en su municipio la vida social disminuyo bastante, quedándose obsoletos algunos de los comercios existentes en el pueblo.
El factor social
En medio de toda esta controversia sobre el cierre definitivo o la continuidad de la central nuclear, se encuentran los 1.000 trabajadores de la planta, que ven como tras el cierre de la central perderán sus puestos de trabajo y el sustento de sus familias. Incorporándose a la cola del Servicio Público de Empleo Estatal (INEM).