La Eurocámara se reunió el 20 de febrero con expertos para discutir las propuestas de la Comisión Europea.
La comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo y la de Industria, Investigación y Energía debatieron este miércoles 20 de febrero con expertos en la materia la propuesta de la Comisión Europea de establecer un techo a la cuota de mercado de los biocarburantes producidos a partir de alimentos. "Espero que en el futuro no tengamos que elegir entre lo que comemos y cómo conducimos", indicó durante la sesión la eurodiputada liberal francesa Corinne Lepage, que lidera el debate en la comisión parlamentaria de Medio Ambiente.
"Somos conscientes de que los biocombustibles presentan algunos problemas como fuente de energía", admitió el popular español Alejo Vidal-Quadras, eurodiputado que lleva la batuta sobre los biocarburantes en la comisión de Energía del Parlamento Europeo. "La promoción de los biocarburantes avanzados minimizará los cambios en el uso de la tierra", afirmó.
Los cambios indirectos en la utilización de la tierra ocurren cuando los terrenos agrícolas se emplean para producir cultivos destinados a elaborar biocarburantes. Por otro lado, la demanda de alimentación para las personas y los animales no se reduce, y se abastece mediante importaciones venidas desde países donde la producción es más barata. El problema es que el resultado es la tala de bosques y el aumento de emisiones de CO2.
Biocarburantes avanzados
La producción de biocarburantes a partir de desechos y residuos agrícolas provoca un impacto menor sobre el clima, y no tiene efectos sobre los precios de los alimentos porque no sustituye los cultivos destinados a la alimentación, asegura la Comisión Europea. Sin embargo, estos biocombustibles avanzados aún no se comercializan, como puntualizó Raffaello Garofalo, representante del Consejo Europeo de Biodiesel. Su comercialización y despliegue podría acelerarse a partir del año 2020 si recibieran subsidios públicos.
La comisaria europea titular de la cartera de Acción Climática, Connie Hedegaard, admitió que los biocarburantes avanzados apenas están desarrollados, sobre todo por sus altos costes de producción. Pero defendió que son más sostenibles y deberían promoverse.