El pasado martes, de 9 a 11 horas de la mañana, más de un centenar de empresas se agolparon en la sede madrileña de OMIE para presentar sus ofertas en la primera subasta de renovables en España en casi los últimos cuatros años. La primera de la era Ribera.
Existe mucha incertidumbre en el sector que ha tenido muy poco tiempo para prepararse en condiciones para un evento de esta magnitud. El Gobierno pone en liza 3.000 MW, de los cuales, 1.000 MW van a eólica, otros 1.000 MW a fotovoltaica y los otros 1.000 MW a las ofertas más baratas sin tener en cuenta tecnología.
Subasta de renovables
Hay tensión. ¿Se tirarán los precios como sucedió en las subastas del PP? ¿Qué estrategias llevarán a cabo las grandes compañías? Si vienen empresas de todo el mundo, ¿qué banda de precios es la óptima? Fuentes del mercado señalan que en la subasta que se celebra este martes se pueden ver muchas cosas.
«Somos muchos y las estrategias serán muy diferentes», pero lo que se teme es que se convierta la subasta en una carrera por ver quién instala antes su planta. Una especie de tonto el último que se ha instaurado en el mercado ya que cuando antes estés conectado, antes le sacarás mayor rendimiento a la central ya que se prevé una canibalización de los precios en cinco o seis años que puedan llevar al traste las inversiones futuras.
España ya tiene casi 28 GW de eólica y otros 12 GW de solar fotovoltaica en funcionamiento. Los actuales precios de la electricidad se sitúan en el entorno de los 45 €/MWh, pero se prevé que esa cifra caiga en años venideros con la entrada de nueva capacidad, sobre todo solar.
Las empresas no quieren quedarse con el activo varado y necesitan sacarle en sus primeros años de vida la mayor rentabilidad posible. «Los primeros 10 ó 15 años son fundamentales», explican fuentes del sector. Todo listo para la primera subasta de renovables de la ‘era Ribera’: el sector, en armas para llevarse los 3.000MW en juego.
Por ello, a los desarrolladores lo que realmente les importa es tener prioridad a la hora de tramitar las nuevas plantas. Ser ganadora en la subasta de renovables te da esa ventaja competitiva y para las empresas que acuden a la subasta es más importante eso que cualquier otra cosa, incluso los precios.
Trampa
Otra fuente del mercado señala que en la subasta se puede hacer una especie de ‘trampa’. Se trata de ofrecer un precio muy bajo por una cantidad de potencia muy baja para conseguir ser uno de los ganadores, y obtener esa ventaja en la tramitación.
Por ejemplo, un desarrollador puede ofertar un precio de derribo por 100 kW, para una planta que realmente tiene una potencia de 100 MW o más. Consigue ganar, pero solo venderá la energía generada con esos 100 kW a ese precio de derribo. El resto de la planta o el parque, los 99,9 MW podrá venderlo en mercado o cerrar un PPA. Eso sí al tratarse de una central ganadora se llevaría el premio de una tramitación más ágil.
Si muchos desarrolladores optan por ello se podría poner en peligro el objetivo de adjudicar los 3.000 MW de nueva capacidad. Pero no se espera que se queden sin entregar los 3.000 MW, «sería un fracaso absoluto del sector», señalan las fuentes.
Esta opción de poder pujar por una cantidad pequeña de una planta fue una de las cuestiones que se elevó tanto al Ministerio como al organizador de la subasta, OMIE, y se dio por buena esta posibilidad. «Se podrían dar decenas de ganadores en la subasta si se extiende esta estrategia», explican las fuentes.
Especular con la inversión en renovables
Existe un tope para las empresas calificadas, no pueden optar por más de 100 bloques y no pueden ganar más de 1.500 MW, pero por abajo no se han puesto límites y se puede ofertar desde 1 kW. No existe un mínimo de potencia a subastar. Eso sí, llevar a cabo esta estrategia deja claro cuál es el objetivo real del desarrollador que lo haga, que no es otra que tratar de especular con la inversión en renovables.
Un grado especulativo que no se ha llegado a quitar el sector desde sus inicios. La avaricia reinó desde el primer momento. El yo vengo a las renovables a forrarme. En un primer momento al calor de las suculentas primas, y ahora porque el margen es muy bueno en los primeros años con los actuales costes de las distintas tecnologías.
Convertir las renovables en un verdadero mercado es el objetivo, pero no un mercado cualquiera, y menos bajo el prisma de la especulación. Especulación con el punto de acceso y conexión, especulación con el suelo, especulación con proyectos ready to build, y ahora con los precios de las subastas para obtener la gran ventaja de conectarte antes.
Subasta de renovables: el sector renovable está cerca de dar otro paso en falso
En definitiva, el sector renovable está cerca de dar otro paso en falso. España se ha convertido en el mercado favorito para invertir y hacer negocio con las renovables. Entradas y salidas de capital continuas. Ventas y compras de activos, de carteras de proyectos con los que hacer negocios en pocos años. No todo es así, los hay que desarrollan sus proyectos para mantenerlos operativos durante toda su vida operativa, pero son los menos.
Ahora, España vivirá un boom de renovables en los próximos años, porque se ha convertido el sector en una carrera por no ser el último en instalar. Es mejor en los próximos tres años que en 2030 cuando ya haya 50 GW más instalados. El tiempo juega en su contra. ¿Quién ganará esta carrera? ¿Quién se llevará el gato al agua en la subasta? ¿Veremos precios récord por poca cantidad de potencia? Todas las respuestas se conocerán en las próximas horas.
Fuente: Ramón Roca / El Periódico de la Energía,
Artículo de referencia: https://elperiodicodelaenergia.com/subasta-de-renovables-cuando-lo-importante-no-son-los-precios-sino-ganar-para-no-quedarte-el-ultimo/,