La comunidad internacional se ha reunido en Corea del Sur con el objetivo de alcanzar un acuerdo histórico que ponga freno a la creciente contaminación por plásticos. Representantes de 175 países y más de 600 organizaciones se han congregado en Busan para la quinta y última ronda de negociaciones del Comité Intergubernamental de Negociación (INC) de la ONU, con el fin de desarrollar un tratado internacional legalmente vinculante que regule la producción y el uso de plásticos.
La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, ha destacado la importancia de esta reunión, señalando que «tenemos la oportunidad real de hacer algo al respecto». Andersen ha identificado tres puntos clave para alcanzar un acuerdo ambicioso: identificar los compuestos químicos más peligrosos en los plásticos, promover una producción y consumo sostenibles, y establecer un mecanismo financiero para apoyar los esfuerzos a largo plazo.
Posible acuerdo
Sin embargo, las negociaciones se enfrentan a desafíos significativos. Las divergencias entre países con intereses económicos en la industria petroquímica y aquellos que buscan una regulación más estricta están dificultando el consenso. A pesar de estas diferencias, tanto Andersen como el presidente del comité, Luis Vayas, se han mostrado optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo que marque un antes y un después en la lucha contra la contaminación por plásticos.
La urgencia de abordar esta crisis es evidente. Los plásticos representan el 80% de toda la contaminación oceánica y causan pérdidas económicas de miles de millones de dólares al año. Además, los microplásticos se han infiltrado en la cadena alimentaria, poniendo en riesgo la salud humana y los ecosistemas.
Reducción de plásticos
La sociedad civil también ha mostrado su apoyo a un acuerdo ambicioso. Una plataforma de ONG ha presentado una petición firmada por 3 millones de personas en la que se reclama un tratado global que reduzca drásticamente el uso y producción de plásticos.
La reunión de Busan representa una oportunidad única para que la comunidad internacional demuestre su compromiso con la protección del medio ambiente y las futuras generaciones. El mundo está esperando un acuerdo audaz y efectivo que ponga fin a la era del plástico.