Un total de 23 personas murieron en México en las últimas semanas debido a las intensas lluvias que han caído en el país durante el último año, principalmente desde verano, cuando comenzó la temporada fuerte de precipitaciones.
En varios estados del centro y sur del país, miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido al desbordamiento de los ríos y los corrimientos de tierras, que suelen sepultar las viviendas más humildes tras las prolongadas precipitaciones.
La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) dijo el pasado martes que entre junio y julio murieron 14 personas, a las que se suman otras dos que fallecieron en las últimas horas en el estado de Hidalgo.
De las cinco personas que murieron en Veracruz, sobre el Golfo de México, dos eran niños, que fueron arrastrados por las corrientes de ríos desbordados, al igual que el padre de uno de ellos. Un campesino murió cuando lo alcanzó un rayo, y una mujer fue sepultada por un alud cuando acudía a su casa.
Durante los primeros seis meses del año se registraron en el país 184 tormentas intensas que dejaron 32.000 damnificados, superando el promedio histórico de 121 tormentas fuertes en el primer semestre de los años entre 1996 y 2007.
Pero las autoridades estiman que el número de tormentas intensas en la segunda parte del año, de julio a diciembre, aumentará a entre 345 y 445, cifra que consideran muy elevada. "Van a ser cuatro meses de lluvias más importantes: julio, agosto, septiembre y octubre", dijo un portavoz de la CONAGUA.
Los estados más vulnerables y afectados por las lluvias son los sureños Tabasco, Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Campeche y Yucatán, además de los centrales Hidalgo, Puebla y Estado de México.
En Veracruz se han desbordado varios ríos que inundaron unas 215 comunidades, dijo Protección Civil, mientras que Tabasco, estado donde el año pasado una desastrosa inundación dejó a cerca de 800.000 personas sin hogar, se encontraba en alerta por el desbordamiento de un río.