Un estudio publicado este martes por la Red Amazónica de Información Socioambiental (RAISG) afirma que un 42% de los bosques vírgenes de la Amazonía no están protegidos y podrían desaparecer. Los humanos no han realizado actividades en estos bosques desde 1985, ya que no disponen de un régimen especial de gestión territorial.
Al 58% restante se les conoce como «bosques estables», dado que están clasificados como áreas naturales protegidas o por formar parte de territorios indígenas. Hoy en día, el 69´9% de estos terrenos frondosos de árboles cubren la superficie de la Amazonía. Se distribuyen entre 9 países -Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela-, los cuales almacenan cerca de 79.000 millones de toneladas métricas de carbono.
Bosques vírgenes de la Amazonía, el pulmón de la Tierra
Los bosques vírgenes de la Amazonía cubren gran parte de la cuenca del Amazonas en América del Sur. Alberga una variedad inmensa de especies de animales, insectos, microorganismos y plantas, donde gran parte de estas especies aún no han sido descubiertas o estudiadas por la ciencia. Cuando hablamos de la Amazonía, es importante saber que acoge una gran cantidad de árboles y plantas únicas, incluyendo especies emblemáticas como el árbol de caucho, el árbol de ceiba, la bromelia, la liana y la orquídea, entre otras.
Estos bosques son esenciales para regular el clima global, puesto que absorben dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y producen oxígeno, además de conservar una cantidad significativa de agua dulce en esta región del planeta. Es un territorio vital para las comunidades indígenas y locales, que dependen de la selva para su subsistencia.
Sin embargo, los bosques vírgenes de la Amazonía se enfrentan a múltiples amenazas por culpa de las actividades humanas no sostenibles, la deforestación, la expansión agrícola y la minería ilegal. Si desaparecen estos bosques, no afectará únicamente a la biodiversidad única del pulmón verde del planeta, sino que también tendrá impactos negativos en la regulación climática a nivel mundial.
Conservar los bosques vírgenes de la Amazonía es sumamente importante para preservar la biodiversidad de esta región, además de proteger los ecosistemas y salvaguardar el futuro de este importante territorio para el planeta.
80 millones de hectáreas de bosques desaparecidas
La Red Amazónica de Información Socioambiental (RAISG) es una red de organizaciones no gubernamentales y grupos de investigación que difunde, recopila y sistematiza información relacionada con la Amazonía. Su objetivo principal es facilitar datos actualizados y precisos sobre la biodiversidad, cambio climático, deforestación y otros temas relevantes para la sostenibilidad de la región amazónica.
Según este último estudio, advierten que 80 millones de hectáreas de bosques desaparecieron entre 1985 y 2022. El 86% de la deforestación que ocurrió en ese periodo de tiempo, tuvo lugar fuera de las áreas naturales y de los territorios indígenas. La RAISG señala que su papel es fundamental como barreras al proceso de deforestación y degradación de sus bosques.
Natalia Calderón, directora de la Fundación Amigos de la Naturaleza de Bolivia, una de las organizaciones socias de RAISG, ha subrayado lo siguiente:
Fuentes: Redacción Ambientum, EFE VERDE