El pequeño municipio cacereño de Abadía es uno de los pocos pueblos que pertenecen íntegramente a la red europea Natura 2000, una circunstancia que las autoridades han aprovechado para acceder a numerosos fondos que han servido para engalanarlo y para convertir los recursos naturales en su principal atractivo.

"Nuestro capital natural, nuestra calidad de vida”; así de sencillo y de contundente reza uno de los carteles instalados en el municipio para dar a conocer a los vecinos y a los visitantes la importancia que otorgan a la conservación.

Un pueblo empeñado en que su fauna, su flora o sus paisajes sigan siendo el capital natural sobre el que se sustenta su supervivencia, su bienestar y su calidad de vida, y convencido de que la biodiversidad es fundamental para que la naturaleza continúe proveyendo servicios ambientales esenciales para el municipio.

Empotrado en el Valle del Ambroz, las especies de flora y de fauna presentes en este municipio revelan que se trata de un entorno natural muy saludable y bien conservado, razones que han justificado la inclusión de las más de 4.000 hectáreas del término municipal en la red europea Natura 2000.

Natura 2000: un recurso económico para el pueblo 

Y es que entre esas especies figuran el lince ibérico -a pocos kilómetros está el centro de cría en cautividad de Granadilla-, la cigüeña negra, el buitre negro, el águila real, la grulla o el somormujo, y los diferentes paisajes que se suceden en el entorno están salpicados de castañares, robledales, encinas o de espectaculares alcornoques.

El alcalde Abadía, David Gordo, ha reconocido que se trata de una figura de protección (Natura 2000) “escasamente” conocida por los habitantes del municipio o por los visitantes, aunque todos ellos conocen y valoran los recursos naturales del municipio y los beneficios que éstos reportan al pueblo.

David Gordo ha subrayado la importancia que tiene para el Ayuntamiento la inclusión en esa red europea, ya que gracias a ello el municipio ha podido acceder a muchas inversiones que han servido para mejorar varios espacios del término municipal.

Esas inversiones, ha explicado el alcalde, han contribuido a mejorar la calidad de vida de los habitantes del pueblo, pero también para poner en valor la flora y la fauna característica del lugar y convertirlos en uno de sus principales atractivos turísticos.

Ecosistemas estructurados y equilibrados

Las especies y los hábitats presentes en Abadía son uno de los mejores indicadores de que sus ecosistemas están bien estructurados y equilibrados, y de que generan servicios ambientales que redundan a diario en beneficio de los habitantes del pueblo, como los múltiples productos agropecuarios o las singulares piscinas naturales.

Pero además de los recursos naturales que han justificado la inclusión de la totalidad del término municipal en la red Natura 2000, Abadía cuenta con un importante patrimonio cultural, en el que destacan la Iglesia de Santo Domingo, el Palacio de Sotofermoso -que perteneció a la Casa de Alba- o el puente medieval sobre el río Ambroz.

Recorrer las calles de Abadía o los múltiples senderos que existen en sus inmediaciones es corroborar el compromiso de un pequeño municipio con la red Natura 2000 y con el reto principal que persigue con ella la UE: preservar la biodiversidad europea a largo plazo garantizando la conservación de los hábitats y de las especies más singulares.

Y catalogada esta red europea como el conjunto de espacios protegidos más extenso del mundo, Abadía levanta el cuello para mostrarse ante las instituciones y administraciones españolas y europeas como un ejemplo de cómo gestionar y aprovechar la inclusión en Natura 2000.

 



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