Hoy, 17 de noviembre, la Comisión Europea presenta una nueva legislación para minimizar el impacto del consumo de la UE en los bosques del mundo. La creciente agricultura que alimenta los mercados de la UE está acabando con los bosques y otros ecosistemas clave de nuestro planeta, además de devastar los hogares y los medios de vida de las personas. Lo que consumimos está alimentando la destrucción en otros lugares. Pero esta ley puede cambiar las reglas del juego, con tremendas implicaciones para nuestro mercado y nuestras políticas, si tiene un alcance suficiente.
Varios borradores de propuestas filtrados han demostrado que, si bien la Comisión Europea tiene previsto incluir normas estrictas, siguen existiendo algunas lagunas. La redacción de la propuesta no ha estado libre de tensiones durante las últimas semanas, con un impulso de última hora de más de 55 ONG que intentaron contrarrestar los intentos de la Comisión de debilitar elementos clave de la legislación futura.
¿Por qué es tan importante acabar con la destrucción de los bosques?
La ley de deforestación de la UE fue anunciada por la Presidenta de la UE, Úrsula von der Leyen como un elemento clave del Pacto Verde Europeo, y puede tener un impacto significativo en la reducción de la huella de la UE en la naturaleza en todo el mundo.
La UE es un importante bloque comercial internacional que importa muchas materias primas y productos -como soja, carne para alimentar al ganado, aceite de palma y cacao- que, a menudo, se cultivan en tierras recientemente deforestadas. Según un informe reciente de WWF, la UE es el segundo mayor importador de deforestación tropical y emisiones asociadas. Entre 2005 y 2017, las importaciones de la UE provocaron 3,5 millones de hectáreas de deforestación, emitiendo 1.807 millones de toneladas de CO2. Esto equivale al 40% de las emisiones anuales totales de la UE.
Por tanto, la UE tiene la responsabilidad de crear una legislación sólida para reducir su huella. La experiencia ha demostrado que los compromisos voluntarios no son suficientes, y muchas empresas no cumplen con sus compromisos ambientales y sociales. Un reglamento a escala de la UE proporcionaría un marco legal para una de las regiones económicas más importantes del mundo.
Rastro destructivo de los bosques
“El consumo de la UE está dejando un rastro destructivo en todo el mundo. Está arrasando los bosques, provocando la pérdida de biodiversidad y destruyendo los hogares de las personas. Esto es un hecho y la UE no puede simplemente hacer la vista gorda: tiene la obligación de actuar”, dice Anke Schulmeister-Oldenhove, responsable de política forestal de la Oficina de Política Europea de WWF.
“La UE está en la cúspide de una ley verdaderamente transformadora, pero solo si la Comisión aprovecha este momento crítico para apuntar alto su propuesta sentará un precedente para las próximas negociaciones entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo y puede ser un modelo a seguir para el mundo entero”.
¿Qué estamos pidiendo?
Llevamos mucho tiempo pidiendo una legislación vinculante sobre deforestación. A través de la campaña #NoTeComasElBosque, WWF y otras ONG medioambientales movilizaron a 1,2 millones de personas para exigir una nueva ley ambiciosa para la UE en diciembre de 2020. Un año después, la Comisión debe escuchar a sus ciudadanos y cumplir su promesa de que la ley empiece con fuerza.
La propuesta debe contener los siguientes elementos
- Proteger no solo los bosques, sino también otros ecosistemas naturales desde el principio. La Comisión propone incluir otros ecosistemas naturales más allá de los bosques (como pastizales y humedales) después de la primera revisión de la ley, dos años después de su implementación. Es demasiado tarde: estos ecosistemas se están perdiendo a un ritmo alarmante. En poco más de un año, 5.075,97 km² de tierra se han devastado en la sabana brasileña del Cerrado, el mayor proveedor de soja de la UE. Eso es más de tres veces el tamaño de Londres.
- Cubrir todos los productos relevantes y las materias primas que se pueden vincular con la destrucción de la naturaleza – incluso aquellas que representan sólo una “pequeña fracción” de la deforestación, como caucho y maíz. Vale la pena proteger cada centímetro de bosque. La selección de los productos básicos a proteger debe basarse en criterios objetivos y científicos.
- Los productos deben ser legales y sostenibles. Lamentablemente, las leyes nacionales para prevenir la deforestación y la conversión en los países productores pueden ser débiles. Por ejemplo, en Brasil, otros 88 millones de hectáreas de bosques todavía podrían deforestarse legalmente.
- Asegurar que los productos comercializados no estén vinculados a violaciones de derechos humanos. La legislación debe incluir claras disposiciones para proteger los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales y respetar los derechos consuetudinarios de propiedad.
- Incluir la debida diligencia para empresas de todos los tamaños, así como para instituciones financieras. Todas las empresas, grandes y pequeñas, deben cumplir las mismas reglas sin importar el país del que obtengan sus productos,
- Imponer medidas de ejecución rápidas y sólidas para los Estados miembros: La ley debe garantizar sanciones severas y reglas claras para los controles, pero también acciones en caso de incumplimiento.
Fuente: WWF,
Artículo de referencia: https://www.wwf.es/informate/actualidad/?59160/Pedimos-a-la-CE-que-cumpla-su-promesa-para-acabar-con-la-destruccion-de-la-naturaleza-impulsada-por-la-UE,