Pretenden cazar los lobos marinos con redes o disparándoles. Y fabricar harina animal o alimento para perros con su carne y sus huesos, y exportar después a Asia los órganos reproductivos de los machos como sustancia afrodisíaca. Los lobos marinos que se cacen vivos serían vendidos a zoológicos, shows de animales y circos.
Tras la matanza brutal y sin sentido se esconde la gran industria pesquera. El Pacífico ante la costa chilena ha sido esquilmado, la pesca ha colapsado. Incluso los bancos de anchoas, en los que se basa la alimentación de muchos peces, caen en las redes de los fabricantes de harina de pescado. Molidos sirven de alimento barato a millones de salmones de acuicultura. Estos, a su vez enferman del virus ISA (Anemia infecciosa del salmón) llegado de Europa. Las empresas salmoneras tuvieron que cerrar. Miles de pescadores y trabajadores perdieron sus empleos.
Para que los lobos marinos, en Chile protegidos, puedan ser eliminados, el gobierno califica su locura como “plan de manejo para los lobos marinos”. Pero no existe fundamento científico, y mucho menos una “plaga de lobos marinos”. El presidente del senado Girardi ha encontrado las palabras más claras: “Los auténticos lobos marinos que amenazan la pesca en nuestras costas son los de traje y corbata”.
En la página web de la campaña por los lobos marinos se encuentra toda la información, desde donde también se accede a la campaña chilena en defensa de los lobos marinos.
Los defensores de la naturaleza piden ayuda desde Chile. Ya han recogido más de 10.000 firmas que han sido entregadas al gobierno. La protesta continúa internacionalmente.