Los alimentos bio, orgánicos y ecológicos presentan pequeñas particularidades que permiten diferenciarlos. Sin embargo, sus características principales son comunes: provienen de un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente, fomentan la biodiversidad, la preservación de recursos naturales y el bienestar animal.
Estos factores comunes hacen que organismos internacionales y administraciones engloben los tres conceptos bajo el término “ecológico” en términos de producción y etiquetado.
De esta manera, la Unión Europea protege los tres conceptos en el Reglamento 834/2007 sin hacer distinciones. Además, para garantizar su estricta normativa, se sirve de diversas entidades autorizadas que certifican a las empresas de producción a través de análisis y controles periódicos.
El sello ecológico de la UE, una hoja dibujada por estrellas sobre fondo verde, siempre va acompañado del sello del organismo certificador del país de origen.
En España, el control de la producción ecológica es competencia de las Comunidades Autónomas, amparadas por la Comisión Reguladora de Agricultura Ecológica (CRAE), adscrita al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que también engloba los tres conceptos bajo el paraguas de lo ecológico.
No obstante, el aumento de la producción ecológica –en los últimos años ha crecido un 62% en todo el mundo- y el creciente interés de los consumidores por el etiquetado de los alimentos hacen que se establezcan diferencias para la clasificación de estos productos.
Productos Eco y Bio
La Organización Mundial de la Salud los define como aquellos alimentos producidos de forma tradicional y sostenible, sin utilizar productos químicos ni ser modificados genéticamente.
Para que un alimento sea calificado como “ecológico”, en su fase de producción ningún elemento puede ser artificial. Es decir, en el caso de la agricultura ecológica, desde las semillas hasta el abono tienen que ser naturales; y en la ganadería no pueden aplicarse hormonas ni piensos industriales y los animales han de criarse al aire libre.
La calificación “Bio” responde a los mismos parámetros. La diferencia se encuentra en la percepción del consumidor.
Mientras la etiqueta ‘eco’ suele asociarse a prácticas sostenibles y a técnicas tradicionales de producción, los alimentos Bio se identifican más con aquellos que se preocupan por la selección natural de especies, aseguran los ciclos reproductivos, el patrimonio genético o la salud de los suelos.
Productos orgánicos
Los alimentos orgánicos también están libres de químicos, como pesticidas, fertilizantes u otras sustancias industriales que puedan alterar el producto final. Pero se diferencian de los ecológicos en que su origen no tiene por qué ser natural. De esta manera, un producto proveniente de una semilla transgénica (modificada genéticamente) puede ser orgánico.
Fuente: Andrea Velasco / Planeta Inteligente – EL MUNDO,
Artículo de referencia: http://www.planetainteligente.elmundo.es/eco/alimentos-bio-eco-y-organico-son-iguales,