"Si un ministro no tenía que adoptar decisiones técnicas, no tenía ningún sentido que le consultasen decisiones técnicas", ha sentenciado a preguntas del letrado de "Nunca Máis", ante el que ha justificado su participación en cacerías en plena crisis.
Preguntado si no veía "frívolo" irse de cacería, ha manifestado que si su presencia "hubiera sido útil, hubiera estado aquí", en referencia a los días que transcurrieron entre el 13 de noviembre -día del siniestro- y el 19 de noviembre, cuando se hundió el buque.
Defensa de Sors
Sobre la toma de decisiones, ha dicho que estaba "perfectamente jerarquizada" en el Plan Nacional de Contingencias por Contaminación Marina Accidental de 2001, según el cual la última responsabilidad recaía en el entonces director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, único responsable de la Administración española que se sienta en el banquillo de los acusados.
No obstante, ha salido en su defensa afirmando que no se imaginaba al director de los Bomberos de Nueva York "sentado en un tribunal por no haber evitado que se cayeran las Torres Gemelas", ha señalado en referencia al 11-S.
Preservar el medio ambiente
En el juicio, Cascos ha apelado en reiteradas ocasiones al citado Plan para insistir en que "todo el proceso de decisiones se adoptó siguiendo los protocolos establecidos" -en contraposición con la tesis de la propietaria del barco, Mare Shipping, para quien no se cumplió- y que el objetivo fue "preservar la seguridad de las vidas humanas y el medio ambiente".
Sobre la posibilidad de llevar el barco a un puerto refugio, ha insistido en que no existía "ningún candidato voluntario para recibir al Prestige, aunque ha precisado que no le constaba que el exalcalde de La Coruña Francisco Vázquez se hubiese negado a refugiarlo en el Puerto coruñés o que Repsol hubiese hecho lo mismo en relación con su terminal, al tiempo que ha descartado que hubiese podido llevarse a la Ría de Corcubión o la de Vigo.
También ha negado que "sobre la mesa" hubiese estado la posibilidad de bombardear el barco, -planteada por el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, y que suscribió el exalcalde de La Coruña Francisco Vázquez- porque esa "hipótesis" no era técnicamente "razonable" por el tipo de fuel que transportaba el barco.
Culpables del siniestro
Frente a la defensa que ha hecho de la gestión de la Administración española y su convicción de que los daños hubiesen sido "más graves" si no se hubiese alejado el Prestige, ha responsabilizado del siniestro a la "cadena de empresas" a las que pertenecía el buque y la carga y a su "afán desmedido de lucro".
"Lo que provocó los daños fue la rotura de un barco que no debía estar navegando", ha sentenciado el exministro de Fomento para quien "de las mojaduras no tienen la culpa los paraguas, sino el agua".
Así, ante la insistencia de los abogados sobre su papel en las decisiones, ha manifestado que "tan malo" es que el escalón inferior "invada" competencias de un superior como que "el escalón superior invada responsabilidades que entran en el ámbito técnico", ha apostillado.
Intereses de España
No obstante, ha insistido en que estuvo "perfectamente informado" y que la cadena de dirección del Ministerio estuvo "bien organizada". Además, ha recalcado que todas las decisiones buscaron defender "los intereses generales del Estado" frente a los "mercantiles".
Cascos, que ha tildado de "absolutamente falso" que hubiese ordenado mandar el barco "al quinto pino", ha culpado, en varias ocasiones, del accidente al estado del buque.
Como ejemplo, ha puesto los 45.000 buques que, cuando se produjo el siniestro, pasaban al año por el corredor de Fisterra. "De ellos 12.000 con mercancías peligrosas y solo un buque se rompió, será problema del buque", ha apostillado al aludir a las causas del siniestro.
Otro de los temas que han centrado su interrogatorio fue el papel del remolcador "Ría de Vigo" después de que se apuntase que negoció un contrato privado con la empresa de rescate Smit Salvage para el remolque del Prestige.
Cascos ha evitado a entrar en polémica y únicamente ha señalado no tener datos de que "infringiera" la normativa, aunque ha admitido que se abrió una investigación. "Pero no recuerdo el resultado", ha apuntado.