Los productos utilizados en la agricultura quedan excluidos, pues ya están cubiertos por otra legislación comunitaria. Por primera vez, también se regularán los productos que llevan biocidas, como los muebles tratados con funguicidas o las encimeras con productos antibacterianos.
El nuevo reglamento ha sido acordado por el Parlamento Europeo y el Consejo, que todavía debe dar el visto bueno formal a la nueva legislación.
No a las sustancias tóxicas
Esta normativa introduce controles más estrictos en el procedimiento de aprobación de los productos, con el objetivo de prevenir la inclusión de sustancias tóxicas que puedan afectar a la salud o al medio ambiente.
Las sustancias químicas más perjudiciales, como las cancerígenas, las que tienen efectos adversos sobre la fertilidad o las que afectan a los genes y a las hormonas, quedarán prohibidas. Los Estados miembros solo podrán admitir excepciones cuando sea estrictamente necesario, por ejemplo, en los casos en que un biocida sirva para salvaguardar la salud pública. Las autorizaciones y renovaciones de estas sustancias estarán sujetas a plazos específicos mientras no se encuentran alternativas menos dañinas.
Por otra parte, los eurodiputados han conseguido introducir controles de seguridad y etiquetado específicos para los productos que contengan nanomateriales. Con esta medida, se busca evitar los posibles riesgos que puede provocar del uso de la nanotecnología en este tipo de productos.
Apertura del mercado
Las nuevas normas suponen un paso adelante en la armonización del mercado comunitario de los biocidas, ya que facilitan la aprobación y el reconocimiento en el mercado nacional de las sustancias aprobadas en otros Estados miembros. Además, el reglamento prevé la posibilidad de conceder autorizaciones a nivel europeo a partir de 2013. Esta medida se ampliaría a todos los productos biocidas desde 2020.