Cientos de bomberos se esforzaban hoy por sofocar los últimos focos de fuego del incendio que desde el sábado ha dejado quince muertos y 11.000 damnificados en el puerto chileno de Valparaíso, mientras el Gobierno planea un nuevo diseño urbano para la ciudad.
En los cerros más altos que rodean el principal puerto chileno "se están apagando los últimos focos", dijo Mauricio Repetto, comandante del Cuerpo de Bomberos de Santiago, que ha colaborando con los de Valparaíso en la emergencia."Dentro de las próximas 24 ó 48 horas debería levantarse la emergencia", añadió en declaraciones a periodistas, mientras que las autoridades de Emergencia de Valparaíso dijeron que uno de esos focos destruyó una vivienda en el cerro Mariposa, uno de los afectados por la tragedia.
Según las cifras oficiales, son unas 2.500 las casas destruidas por el incendio, que comenzó en la tarde del sábado pasado en el sector de La Pólvora, a unos tres kilómetros de la ciudad, y se expandió rápidamente por áreas pobladas de cerros vecinos.La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció hoy la elaboración de un plan maestro para reorganizar el diseño urbano de Valparaíso, que ha crecido sin ninguna planificación por los 42 cerros que rodean la ciudad, afectados frecuentemente por incendios devastadores.
"Lo que vamos a hacer ahora es un plan maestro para poder imaginar la ciudad de una manera más adecuada, más digna, entendiendo que Valparaíso tiene una identidad propia", dijo Bachelet en una entrevista con Radio Cooperativa.A su juicio, el incendio, en cuya extinción se han consumido 150 millones de litros de agua según Esval, la empresa que abastece a la ciudad, ha sido "una tremenda tragedia" pero también "una oportunidad de hacer las cosas bien".
La mandataria señaló que su Gobierno pedirá la asesoría del Colegio de Arquitectos para echar a andar el "plan maestro" de reconstrucción de la ciudad y admitió que la ejecución del mismo puede tardar todo su mandato de cuatro años.En tanto, la ayuda ha continuado llegando a los damnificados, incluida maquinaria pesada para remover los escombros en los cerros afectados, en los que se ha restringido el acceso de personas y vehículos debido a algunas situaciones de caos por la presencia masiva de voluntarios que concurren a colaborar sin orden.
En ese contexto, el contraalmirante Julio Leiva, jefe del estado de excepción decretado en la zona, prohibió hoy la colocación de tiendas de campaña en plazas u otros lugares de uso público debido a la gran cantidad de gente que se ha instalado en tales sitios desde el primer día de la catástrofe.Según la disposición, esas personas, incluidas un centenar que levantaron un campamento en la céntrica Plaza OHiggins, deben dirigirse a alguno de los nueve albergues instalados en escuelas o parroquias, en los que hasta ahora hay sólo unos 1.200 damnificados.
Varios millares de otros afectados han preferido permanecer junto a sus casas destruidas para evitar eventuales robos y por su decisión de reconstruirlas en el mismo lugar.Mientras tanto, una unidad especializada de Carabineros logró determinar el punto exacto en que comenzó el incendio, minutos después de las 19.00 GMT del sábado pasado, gracias a las declaraciones de testigos, según dijo a los periodistas el capitán Claudio Pavez, jefe de la unidad.Se trata de una torre de alta tensión situada en el interior de un fundo llamado El Peral, en la que según los testimonios de algunos lugareños, se electrocutaron dos aves que se posaron en ella.
Uno de los pájaros quedó adherido a la torre y el otro cayó al suelo "como un objeto incandescente", según los testimonios.Impulsadas por un viento que en ese momento llegaba a los 70 kilómetros por hora, las llamas de expandieron rápidamente por la vegetación reseca.La policía precisó que esto no está comprobado y constituye sólo una de las líneas de investigación, y señaló que en el punto de origen no se encontraron vestigios de que se haya utilizado algún elemento combustible para encender o acelerar el fuego, lo que refuerza la versión de que el incendio no fue intencional.