Los daños al medio ambiente, como las desertificaciones e inundaciones provocadas por el cambio climático, podrían forzar a millones de personas a abandonar sus hogares en las próximas décadas, afirmaron ayer varios expertos.
«Todos los indicadores muestran que estamos tratando con un gran problema emergente a nivel global», declaró Janos Bogardi, director del Instituto de Medio Ambiente y Seguridad Humana de la ONU en Bonn, Alemania. «Los expertos estiman que para 2050, 200 millones de personas se verán desplazadas por problemas medioambientales, una cantidad de personas aproximadamente igual a dos tercios de Estados Unidos hoy», indicó el Instituto en un comunicado.
Bogardi aseguró además que el actual número de migrantes debido a problemas ambientales podría ser de entre 25 a 27 millones de personas. A diferencia de los refugiados políticos que huyen de su país, muchos buscan nuevos hogares en su patria. El experto agregó que es importante buscar formas para rastrear la cantidad de personas forzadas a dejar sus hogares por razones como problemas en la cosecha, causados por el calentamiento global, para que de esta manera los gobiernos y los grupos de asistencia puedan hallar maneras de ayudar.
Reconocimiento
«El principal paso para ayudar es el reconocimiento», indicó Bogardi a Reuters. En el pasado, muchas de estas personas habrían sido consideradas como migrantes económicos. Sin embargo los migrantes económicos, por ejemplo, eran usualmente hombres jóvenes en busca de trabajo.
«Se espera que la migración motivada por cambios medioambientales se caracterice por personas más pobres, mujeres, niños y adultos mayores, provenientes de situaciones medioambientales más desesperadas», dijo. Expertos de alrededor de 80 países se reunirán en Bonn desde el 9 al 11 de octubre para discutir cómo ayudar a migrantes medioambientales.
Un estudio de 22 países en desarrollo, realizado por el instituto de Bogardi y varios otros centros de investigación enfocados a estudiar las razones de la migración, mostró preocupación acerca de que las redes de tráfico humano pudiesen beneficiarse del daño al medio ambiente.
En Bangladesh «mujeres con niños, cuyos maridos murieron en el mar durante el ciclón «Sidr» o están siempre afuera realizando trabajos de migrantes, son una presa fácil para traficantes y terminan en redes de prostitución o haciendo trabajo forzado en India», indicó el estudio.