Varios grupos ecologistas han solitado mayores donaciones para apoyar a los guardas forestales que vigilan a los gorilas de montaña en una de las regiones devastadas por la guerra en República Democrática del Congo (RDC).
Los guardas forestales y sus familias huyeron del Parque Nacional de Virunga en septiembre de 2007, después de que la zona fuera ocupada por los rebeldes leales al general Laurent Nkunda, que lidera el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP).
Regresaron el pasado mes de noviembre a esta reserva, la más antigua de África, pero descubrieron que sus residencias habían sido saqueadas o destruidas. El Gobierno no puede pagar sus salarios y los guardas forestales necesitan desesperadamente fondos para reanudar su trabajo.
«Ahora es un momento crítico para el Parque Virunga», declaró un miembro de la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje con base en Estados Unidos, Andrew Plumptre. «Las personas pueden marcar una gran diferencia y ayudar a salvar gorilas de montaña, elefantes, leones e hipopótamos mediante el apoyo a estos guardas, encargados de protegerlos», añadió en un comunicado.
El parque alberga a 200 de los últimos 700 gorilas de montaña, que viven en montañas cubiertas de bosques densos en la frontera con Uganda y Ruanda. La reserva ha sufrido ataques repetidos el último año durante los cuales murieron diez de estos primates, en peligro de extinción.
Nkunda lanzó una ofensiva el pasado mes de agosto que provocó que cerca de 2,5 millones de civiles huyeran de sus hogares en la provincia de Kivu Norte. Plumptre señaló que esta situación es una inmensa tragedia humana. «Al mismo tiempo, preservar las zonas protegidas que experimentan la caza furtiva y la guerra significa mantener una presencia constante para la conservación del terreno», añadió. «Es la única manera para asegurarse de que parques como Virunga sobreviven períodos de conflicto», anotó.