A fecha de hoy se han anillado 55 pollos de buitre negro a lo largo de 15 jornadas. Esta técnica que lleva a cabo la Consejería de Medio Ambiente permite conocer las causas de mortalidad de las aves, las tasas de supervivencia y su longevidad. El anillamiento aporta información sobre las zonas de alimentación y dispersión de los diferentes ejemplares y permite evaluar el éxito reproductor y la productividad de la población.
Una webcam para ver el nido en tiempo real
Cuando la cría levante el vuelo podrá seguirse en directo a través de la Web del Parque Nacional (www.parquenacionalsierraguadarrama.es), ya que en junio del pasado año se colocó una webcam, que ha supuesto la primera ventana abierta a la colonia.
Esta cámara permite acceder en tiempo real a la imagen y sonido de todo lo que está ocurriendo en el nido. En esta temporada, por primera vez, se ha podido seguir el ciclo reproductivo completo: el arreglo del nido, la puesta, el nacimiento del pollo y en estos días las primeras musculaciones. Desde que se instaló la webcam, en junio de 2014, se han recibido 18.920 visitas con picos de hasta 110 visitas al día.
Las poblaciones de buitre negro de Rascafría, posiblemente las mejores seguidas y monitorizadas de las colonias de España y Europa, han experimentado un aumento considerable desde 1973, año del que se tienen los primeros registros sobre la especie en la zona, pasando de 6 parejas a las 110 que existen en la actualidad. Este aumento se debe en parte a la estrategia de seguimiento y conservación de la especie que lleva a cabo la Consejería de Medio Ambiente.
Durante años se han incorporado medidas de gestión forestal para la protección de la colonia de buitres negros consistentes en la limitación de los trabajos forestales en la época de cría y la alteración de la cubierta forestal en las cercanías de los nidos y otras de ordenación de usos como la prohibición de sobrevuelo de helicópteros o la limitación de actividades en las zonas de nidos en los periodos críticos.
El buitre negro es una especie en peligro de extinción y supone el primer emblema del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y Madrid cuenta con el 5 por ciento de la población europea de esta especie.